Lun 21.12.2015
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FúTBOL › EL EQUIPO DE GALLARDO PERDIó 3-0 ANTE BARCELONA, NUEVO CAMPEóN DEL MUNDIAL DE CLUBES

La ilusión de River chocó con la realidad

Messi hizo el primer gol y el número 500 de su carrera y abrió el partido. Con la contundencia que caracteriza su presente, Luis Suárez marcó el segundo y el tercero. El conjunto argentino intentó con dos recetas: el despliegue físico y la intensidad defensiva en el primer tiempo y yendo a jugar de igual a igual en el complemento. No hubo caso.

› Por Miguel Hein

El sueño no pudo ser. River perdió 3-0 ante Barcelona, que se coronó campeón del Mundial de Clubes 2015, dejando de manifiesto su clara superioridad. El equipo de Gallardo mostró dos caras. En el primer tiempo, por el despliegue físico y la intensidad en la marca, pudo controlar a los españoles, a pesar de irse al descanso abajo en el marcador. Gallardo propuso otra idea para el complemento: ir a jugar de igual a igual, y quedó de manifiesto que hacer eso ante los de Luis Enrique es algo para nada recomendable.

La primera imagen que entregó el partido mostró a River presionando a Barcelona en su campo, con Bravo como receptor de los pases de sus compañeros en el área chica. A continuación, los españoles buscaron salir con la pelota y Balanta cruzó con vehemencia a Messi, quien lo miró fijo, reprochándole la acción. En esas dos secuencias quedaron dibujados los primeros minutos, con el despliegue generoso de los dirigidos por Gallardo, prodigándose en todas las pelotas, tapando cada espacio y recurriendo a la infracción cuando el recurso sirviera para ensuciar la elaboración de los catalanes. Así los de Núñez dominaron el trámite, mientras Barcelona sufría por no encontrar la pelota. Cuando por fin la halló, sobre los 10 minutos, tuvo la primera ocasión de gol. Luego de un minuto de control, Iniesta tomó un rebote, amagó pegarle al arco y la puso al pie de Messi, quien sacó un latigazo de zurda que Barovero tapó sobre su izquierda en gran forma. Esa jugada metió en partido a Messi y compañía, que pudo inclinar el partido hacia lo que más le gusta: manejar el balón y gastar su paciencia para llegar al arco contrario. River nunca cejó en su esfuerzo por marcar, hasta Alario se prodigó en esa tarea, retrocediendo hasta su campo para colaborar. Claro que semejante despliegue lo pagó con la pérdida de precisión a la hora de atacar, aspecto en el que los de Núñez quedaron limitados a las corridas de Viudez y a lo que pudiera aportar Sánchez entrando por la banda derecha. Por eso no extrañó que lo mejor del equipo del Muñeco en ofensiva en los primeros treinta minutos fueran dos disparos de media distancia, el primero de Mora y el segundo de Alario, que encontraron a un Bravo seguro, que no dio rebotes. Esa falta de acciones ofensivas también afectaba a Barcelona, que preocupó recién otra vez seriamente a los 32 minutos, con un tiro libre de Messi que Barovero sacó al corner sobre su poste derecho. Tres minutos después, el equipo de Luis Enrique pudo vulnerar el entramado defensivo armado por Gallardo. Messi la abrió a la derecha para Alves, que mandó el centro para la otra banda, donde Neymar se la bajó de cabeza a Messi, quien controló la pelota ante la marca de Maidana –con ayuda de su brazo derecho– y definió de zurda. Nada que hacer para Barovero. Gol de Barcelona. 1-0. Tranquilidad para Barcelona. Preocupación para River, obligado a ir a buscar el empate, con el peligro de dejarles a los españoles espacios libres para las salidas de contragolpe vía Suárez, Neymar y Messi. Eso pasó a los 45 minutos, luego de que Messi se sacara de encima a Vangioni y pusiera un hermoso pase para Luis Suárez, quien definió desviado sobre la rápida salida del arquero millonario. Con esa jugada terminó el primer tiempo. River se fue a los vestuarios pensando cómo cambiar y Barcelona cavilando que tal vez en la segunda parte pudiera jugar el partido que más le gusta.

Para el complemento, Gallardo tomó riesgos. Mandó a la cancha a Lucho González y a Pity Martínez, por Ponzio y Mora. Desarmó la telaraña defensiva y salió a buscar. Es cierto, el técnico propone y los jugadores disponen. Y el plan quedó desarticulado demasiado rápidamente. Porque apenas iban tres minutos cuando Sánchez entregó corta una pelota, Busquets se la pasó a Iniesta y éste puso a correr a Suárez, que se fue solo y batió a Barovero, pasándole la pelota por entre las piernas. 2-0. Con la ventaja ampliada, Barcelona se pareció definitivamente al equipo de siempre, y con esa identidad tuvo oportunidades de aumentar antes de los diez minutos con tres hermosos encuentros entre Messi y Neymar y dos minutos después con una pelota que el arquero argentino tapó con sus pies atorando a Suárez.

Con todo perdido, River probó jugar de igual a igual, apoyado por el incesante aliento de sus hinchas, locales en el Yokohama Stadium. Y quedó expuesto a la goleada. Y sucedió. A los 23 minutos Messi alargó hacia la izquierda, donde Neymar –sin oposición alguna– sacó un centro que fue a parar a la cabeza de Suárez, que marcó su segundo gol en el partido y el quinto suyo en el Mundial de Clubes. Desde el 3-0 hasta el final, Barcelona reguló y los dirigidos por Gallardo fueron por el descuento, que pudo llegar a los 30 minutos, con un lindo cabezazo de Alario que Bravo cacheteó mandando la pelota por sobre el travesaño, o a los 38, con aquel remate de Pity Martínez que tocó el arquero chileno pero devolvió el poste izquierdo. Hasta la suerte fue esquiva en la fría noche japonesa.


Estadio: Yokohama

Arbitro: Alireza Faghani (Irán).

Goles: 35m Messi (B); 48m Suárez (B); 67m Suárez (B).

Cambios: 46m Martínez por Mora (R), González por Ponzio (R); 55m Driussi por Viudez (R); 66m Sergi Roberto por Rakitic (B); 85m Vermaelen por Mascherano (B); 88m Mathieu por Neymar (B).

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