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Lunes, 28 de noviembre de 2005

CONTRATAPA

Gol en contra del racismo

Cansado de que los hinchas del Inter de Milán se burlaran cada vez que tocaba la pelota, el marfileño del Messina, Marc Zoro, eligió irse del partido. El brasileño Adriano lo convenció de quedarse y ahora el club milanés, que jugó con 10 extranjeros, sufrirá una investigación.

Iban 21 minutos del segundo tiempo del partido que el Inter le ganaba 2-0 al Messina, por la 13ª fecha de la Serie A del fútbol italiano, cuando ocurrió un suceso imprevisto: el lateral del equipo local, Marc André Kpolo Zoro, nacido en Costa de Marfil, detuvo inesperadamente el encuentro, cansado de los abucheos y cánticos racistas que sufría por parte de los hinchas visitantes cada vez que tocaba una pelota.
Zoro tomó el balón entre las manos y amenazó con abandonar el partido. “Me voy, basta, así no se puede jugar”, dijo el jugador al banco de suplentes, en una imagen que se convirtió en Italia en la síntesis de la denuncia de la lucha contra el racismo que se vive en el mundo del fútbol.
El jugador del Messina, en el minuto 66, decidió que ya estaba harto de los abucheos racistas que provenían de los hinchas del Inter y se dirigió al cuarto árbitro con la pelota, convencido de abandonar el campo de juego.
Los jugadores del Inter lo rodearon intentando calmarlo y pidiendo que no abandonase el terreno de juego, sobre todo el brasileño Adriano, quien dialogó amistosamente con Zoro para que cambiase de idea. También Obafemi Martins, que es nigeriano y estaba en el banco del Inter, intentó convencerlo de que se quedara en la cancha. El jugador marfileño decidió permanecer con una condición. “A la próxima, me voy”, dijo al árbitro del encuentro.
“Yo no quiero ser un personaje, pero no acepto que la gente venga al estadio, a nuestro estadio, a mi casa para hacer racismo. Acepté volver a la cancha sólo porque sentía mucho que el Inter perdiese el partido por este episodio y tampoco quería hacer esto a mis colegas”, dijo Zoro, que añadió: “No puede ser que esto suceda cada domingo. Adriano me hizo ver que de seguir en mi postura el partido se tenía que volver a jugar, que iba a haber problemas, además de pedirme disculpas en nombre de sus aficionados y decirme que me entendían bien, que ellos lo habían sufrido en otras ocasiones y que irían a pedirles que se callaran. Por ello decidí seguir”, completó el marfileño, que jugará el Mundial.
El Inter pidió públicamente perdón a través de su presidente, Giacinto Facchetti, pero ahora el equipo milanés se enfrenta a una grave multa. Curioso, porque la formación que Roberto Mancini puso en la cancha sólo tenía un jugador italiano, el lateral Giuseppe Favalli, y de los diez jugadores extranjeros, ocho era latinoamericanos.
En la formación titular del Inter había cuatro argentinos (Javier Zanetti, Walter Samuel, Esteban Cambiasso y Juan Sebastián Verón; Julio Cruz y Nicolás Burdisso estaban en el banco), dos brasileños (Adriano y el arquero Julio César), un uruguayo (Alvaro Recoba), un colombiano (Iván Córdoba), un portugués (Luis Figo) y un serbio (Dejan Stankovic). Varios de los jugadores del plantel son de raza negra.

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Zoro, con la pelota bajo el brazo, es convencido por Adriano para seguir jugando.
 
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