Referente ineludible para los que aman el fútbol jugado en 90 minutos y no corrido en los 100 metros llanos, Horacio Pagani ha venido enarbolando desde hace casi 40 años una bandera de buen gusto desde los diferentes estrados en los que defendió sin dobleces el juego que más le gusta a la gente. Después de tanto polemizar, ha decidido sintetizar su convicción en un libro, El fútbol que le gusta a la gente, de reciente aparición.

“El aficionado argentino sabe distinguir el buen juego, no necesita profesores que le expliquen que jugar bien tiene que ver con la exactitud de los relevos, con las faltas tácticas, con las especulaciones, con pegarle fuerte y lejos, con contraatacar, con maniatar al rival con intervenciones dudosas –escribe Pagani–. El color de la camiseta ciega, es cierto. Pero ése es el costado de la pasión que envuelve al fenómeno futbolero. Y que le dio dimensión universal. Pero no se puede explicar desde la posición parcial. Cuando se dice ‘el fútbol que le gusta a la gente’, es el que quiere para la Selección, por ejemplo. O el que sabe entender cuando tiene una posición neutral.”

A lo largo del libro, editado por Ediciones al Arco, Pagani recorre una síntesis de su ideario futbolero sincronizado con notas rescatadas del tiempo que todo lo devora, en el que sustenta su relación con personajes estelares como Diego Maradona o Daniel Passarella, Alfredo Di Stéfano o Adolfo Pedernera, Alfio Basile o Mostaza Merlo, en el que las ausencias (como la de Carlos Bianchi) están tan subrayadas como las menciones y en el que, casi que con lógica, Carlos Bilardo ocupa el papel de villano estelar, aunque “todo está escrito según nuestro criterio y nuestra honestidad periodística”, aclara sin atajarse. Y aunque Pagani haga culto de su propio palo, como para dar prueba de esa honestidad no falta alguna crítica contra César Menotti (“dijo con un rasgo de soberbia que otras veces suele disimular”), aunque siga “siendo atrapante su manera de explicar los fundamentos de su ideología y su simpleza para describir las características de los jugadores y el ensamble de su concepto futbolero”. Como siempre, Pagani se la juega, y sale bastante airoso. Para leer y asentir o enojarse, para disfrutar hasta el pitazo final.