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Lunes, 12 de enero de 2015

CONTRATAPA

Claves para construir un equipo exitoso

El siguiente es un extracto del libro Entrenamiento mental en el fútbol moderno, escrito por los licenciados en Psicología Marcelo Roffé y Santiago Rivera, editado por LibroFutbol.com. El mismo contiene 19 capítulos en los que abordan numerosos temas relacionados con la psicología aplicada al fútbol.

Los buenos equipos se convierten en grandes equipos cuando sus integrantes confían tanto
en sus compañeros como
para que prevalezca el “no-
sotros” sobre el “yo”.

Phil Jackson

A menudo nos descubrimos admirando a un equipo por su comportamiento como grupo, por su capacidad de jugar en automático, por su calidad... Hay equipos que son más que un equipo: son equipos bien construidos a nivel psicológico que, gracias a este trabajo, acceden más fácilmente al éxito deportivo.

Existe una clara diferencia entre un conjunto de futbolistas que juegan con la misma camiseta y un equipo: los miembros de un equipo tienen un propósito común con el que se comprometen sin limitaciones personales, hasta llegar a sentirse uno; los miembros de un equipo anteponen los objetivos del grupo a los suyos propios.

Establece normas

Las normas de un grupo son elementos explícitos para regular conductas y definen qué acciones serán aceptadas y cuáles inaceptables, cuáles premiadas y cuáles sancionadas. La formulación de las normas es un aspecto básico a trabajar para asegurar el correcto funcionamiento de un equipo: las normas prescriptivas indican qué ha de hacerse, las normas proscriptivas indican lo que no se debe hacer. Aunque puedan parecer las dos caras de una misma moneda, el empleo de unas u otras tendrá consecuencias diferentes. Del mismo modo, las normas pueden ser institucionales o impuestas por alguien, evolucionarias y surgir de la convivencia normal del grupo, o voluntarias y producirse como resultado de una negociación.

Obviamente, toda normativa debe ir asociada a un código de refuerzos (premios) y castigos por el cumplimiento de sus postulados; sin consecuencias aparejadas por las conductas que realizan los jugadores no será posible que éstos aprendan qué hacer o no hacer, y por lo tanto no será posible que se regulen de forma eficaz para constituirse como equipo. Estas consecuencias deben estar definidas claramente desde el momento de establecer la norma, aparecer en todas y cada una de las ocasiones en que se cumple o incumple la norma, afectar a todos y cada uno de los miembros del equipo y contemplar las posibles excepciones en el cumplimiento de la norma.

La elaboración conjunta de una normativa permite crear un sistema de creencias, compartido por todos los miembros del equipo, que favorece que se interioricen las normas y, por lo tanto, su cumplimiento voluntario, así como la vigilancia de su cumplimiento por parte de todos los miembros del equipo.

Para que las normas permitan una adecuada estructuración del equipo y así permitan iniciar el camino hacia la construcción de un grupo exitoso, se deberán priorizar las normas prescriptivas y voluntarias. Este tipo de normas llevará aparejado como consecuencias el refuerzo (y por lo tanto la motivación y la persistencia), la adhesión al cumplimiento del reglamento y la vigilancia del cumplimiento de las mismas por parte de todos los implicados en el equipo.

Como las normas regularán el comportamiento de los miembros del equipo (tanto respecto de personas ajenas al mismo como en las relaciones del grupo entre sí y con la tarea a realizar), se constituirán en la base de la estructura que tendrá el equipo, estructura que marcará la aparición y desarrollo de elementos dinámicos como la cohesión, la eficacia colectiva, el clima grupal, etc.

Crea señas de identidad

La membresía es el nivel de identificación de una persona con su grupo, identificación que juega un papel relevante en la formación, desarrollo y rendimiento de los equipos deportivos. La membresía se compone de dos elementos: atracción hacia el grupo y aceptación por parte del grupo. De la combinación de ambos podemos encontrar desde individuos atraídos y aceptados por el grupo hasta individuos cuya atracción hacia el grupo es indiferente y no son aceptados por el mismo, pero que no pueden dejar de pertenecer al grupo.

Las señas de identidad de un equipo permiten que éste obtenga una identidad propia más marcada y fuerte que le permitirá diferenciarse de los otros equipos, facilitando su comportamiento como colectivo y finalmente su rendimiento. La investigación y la experiencia indican que facilitar a nuestro equipo desde el primer momento una uniformidad característica, un campo de juego propio, un himno particular, objetivos comunes que dependan de la acción de todos sus miembros, así como otras señas de identidad, acelerará la conversión de un grupo de jugadores en un equipo que podrá finalmente trabajar al unísono, cohesionarse y cooperar. De este modo estaremos un paso más cerca de tener un equipo eficaz.

En una ocasión trabajamos con un equipo de cantera marcado por las individualidades, un equipo que no conseguía obtener resultados a pesar de tener buenos futbolistas: no eran un equipo. Desde el cuerpo técnico diseñamos una estrategia de acción inundada de señas de identidad bajo el lema “la familia, cosa nostra”: si una familia siciliana se preocupa de la coherencia de su imagen, nuestra “familia” vestía el uniforme del club sin ningún elemento personal, como pulseras, pendientes, bolsas, etc.; antes de salir al campo (ya fuera para entrenar o jugar un partido) la última canción en sonar en el vestuario era siempre el himno de la “familia”; cada ciclo de entrenamiento empezaba en el mismo lugar del terreno de juego; cada miembro del equipo tenía su propio apodo relacionado con la “familia”; cada charla técnica recordaba el objetivo de la “familia”, su lema: “nunca caminarás solo...”, porque siempre habrá alguien en apoyo, porque tu sacrificio de ahora será recompensado después, porque cumplir con el objetivo marcado nos reportará beneficios a todos individualmente y como colectivo, etc. El equipo no tardó en empezar a tratarse como una familia, incluyendo las discusiones, que forman parte natural y positiva del desarrollo de un equipo, y a funcionar de forma más eficaz.

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Imagen: EFE
 
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