Lunes, 1 de agosto de 2016 | Hoy
NATACIóN › FEDERICO GRABICH TIENE ASPIRACIONES ALTAS PARA LOS JUEGOS OLíMPICOS
El santafesino, que viene de ganar la medalla de oro en los Panamericanos y llegar al tercer puesto en el Mundial de Rusia, es uno de candidatos serios que tiene la delegación argentina. “No llego con presión, estoy muy concentrado en lo que busco”, dice.
Por Adrián De Benedictis
La diferencia de cuatro años puede ser enorme, si la primera oportunidad no terminó siendo la más grata. Para la competencia, como en muchos ámbitos, también es clave el pasado para poder proyectar un futuro diferente. Cuando en Londres 2012 le tocó participar, el nadador Federico Grabich finalizó 35° en 50 metros libre, y sus frustraciones se ampliaron. Pero para lo que vendrá en Río de Janeiro, el santafesino asoma con posibilidades concretas de mezclarse entre la elite. Lo que ha logrado en el último año, con la medalla de oro en los Panamericanos de Toronto (100 m), y el histórico tercer puesto en el Mundial de Kazán (Rusia), también en los 100, lo ubican entre uno de los elegidos de la delegación argentina.
“Estoy contento, con ganas. No estoy nervioso para afrontar la competencia, pero sí muy concentrado. Espero que ese día pueda estar muy enfocado para dar lo mejor y rendir al máximo de mis posibilidades”, explica Grabich, de 26 años, y con un físico imponente de 1,93 metros de altura. “No tenemos duda que el entrenamiento que venimos haciendo es muy bueno. Tanto para los 50 como para los 100 metros”, remarca el hombre nacido en Casilda.
–Después de la medalla de oro en los Panamericanos, ¿qué significa para vos ahora ir a un Juego Olímpico?
–Es una doble alegría. Este último año se ha dado casi todo lo que esperaba, inclusive aún más, porque no imaginaba el oro en los Panamericanos y tampoco la medalla en el Mundial. La clasificación a los Juegos la esperaba, pero no de manera tan holgada en las marcas. Estoy disfrutando el momento y esperando el día, ya que me siento muy preparado.
–¿Los buenos resultados que tuviste en el último año te motivan más para ir a Brasil?
–Sí, por supuesto. La medalla en los Panamericanos, y después en el Mundial, fue determinante para este camino a los Juegos. Me hizo entrenar de una mejor manera, mucho más motivado, y me acercó mucho al nivel que yo soñaba llegar. Así que voy de otra manera a los Juegos.
–¿Y los objetivos para Río son muy grandes?
–Mi objetivo ha cambiado. Antes era sólo clasificar, y ahora creo que ya estoy para pelear en una final. Sería un paso muy importante alcanzar esa final, porque es algo súper difícil. Hoy en día no estoy dentro de la final en cuestión de ranking, ya que entran los ocho primeros, pero me encuentro muy cerca, y sería algo muy lindo poder estar ahí.
–Cuando cumplís esas metas que te proponés, ¿te acordás de todo el esfuerzo que hiciste para llegar ahí?
–Ni hablar. Cuando entre a la Villa Olímpica ya me voy a acordar de todo lo que luché estos cuatro años, porque realmente entrené muy duro y le dediqué mucho tiempo para estar acá. Para mí ya es un premio muy grande poder participar, y ni que hablar si encima puedo tener un buen rendimiento.
–¿Cómo es un día de trabajo tuyo?
–No hay mucho secreto. Son dos turnos de pileta de dos horas cada uno, y una hora y media de gimnasio, todos los días. El único día libre es el domingo. Si bien es bastante duro, lo disfruto mucho.
Grabich, junto al rugby seven, el hockey y el básquet masculino asoma como uno de los potenciales ganadores de medalla para Argentina. Sin embargo, él no siente tamaña responsabilidad. “Es un orgullo que la gente tenga esa expectativa por mí. Intimamente, yo tengo una expectativa distinta, que es tratar de entrar en la final, como me lo propuse en Rusia. Si bien es muy lindo ganar una medalla, lo pienso de otra manera. Un objetivo muy real es entrar en esa final. No me carga de presión que digan que puedo ganar una medalla, una ha sufrido por ello y me sirvió para aprender”, aclara.
Después de su actuación en Londres, Grabich ganó prestigio y confianza para afrontar sus exigencias con mayor seguridad: “Siento más tranquilidad. Es una alegría enorme estar entre los 213 atletas argentinos que vivirán todo eso. Entonces lo tomo como un premio increíble. Poder estar ahí y hacer lo que amo cada día es un gran orgullo personal”. En el momento de nombrar a todos lo que hicieron posible que él se instale en el lugar que tiene ahora, no olvida nombrar a “la familia, la entrenadora de uno, los amigos. Todo el resto del grupo de trabajo. Ellos han estado conmigo durante cuatro años, y también son parte fundamental de lo bueno que yo haga en los Juegos”.
–¿De la parte dirigencial también recibís el respaldo que vos pretendés?
–El respaldo ha ido mejorando con el tiempo, eso es siempre positivo. Arrancamos en el 2010 con el Enard (Ente Nacional de Alto Rendimiento), se ha sumado la Secretaría de Deporte, y ahora la CADDA (Confederación Argentina de Deportes Acuáticos), pero al principio fue más difícil. A medida que los resultados acompañaron, las entidades has estado a la altura de las circunstancias. Siempre que se vaya progresando es mejor para nosotros porque es lo que buscamos.
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