Es cierto, el objetivo estaba cumplido. Sin embargo, la ilusión de pelearle la final del Preolímpico a Estados Unidos también aparecía en el horizonte. Claro que el sueño duró apenas unos minutos. Los suficientes para comprender que los lanzamientos externos de Carmelo Anthony, LeBron James y Kobe Bryant iban a romper el intento de defensa argentina y a tornar el partido en una exhibición. Por eso, el 118-81 final sirvió para las estadísticas, ya que lo importante ya había sucedido el sábado.

Argentina arrancó bien en ataque, con un triple de Kammerichs y un par de dobles de Scola y Román González bajo el tablero. Pero lo que nunca pudo contener fueron los triples de los estadounidenses, que lanzaron con unos porcentajes asombrosos. Por eso, tras el 9-9 de los primeros tres minutos, el resto del juego fue una anécdota. Por un lado, porque los estadounidenses castigaron sin contemplaciones desde afuera (7-12 triples en el primer cuarto) y luego aprovecharon las ventajas que otorgaba la defensa argentina para lucirse con volcadas de todo tipo. Y por otro, porque estaba claro que la concentración del equipo de Hernández no era la misma de otros partidos. Y sin la máxima intensidad, pensar en pelear el encuentro era más que una utopía. Por eso, el 35-14 con el que se cerró el primer cuarto tenía gusto a partido resuelto.

Para colmo, los estadounidenses no bajaron las revoluciones pese a la gran ventaja. Y además, a diferencia de lo que había sucedido en el juego del jueves, los locales se impusieron en los rebotes, con una mayor intención de cargar en ofensiva. Por eso tuvieron segundas y hasta terceras oportunidades para convertir. Así, las ventajas llegaron a superar los treinta puntos, aunque una ráfaga de Quinteros sirvió para que Argentina redujera a 25 tantos al cierre del primer tiempo.

El corazón de Leo Gutiérrez y su brillante mano se encargaron de ponerle un poco de color al comienzo del tercer cuarto, cuando, con tres triples consecutivos del cordobés, Argentina redujo la diferencia a veinte puntos. Y como Delfino entró en juego, daba la impresión de que podía haber un poco más de partido. Sin embargo, James tenía otra idea. Y en base a sus triples (8-10), Estados Unidos recuperó los treinta puntos para el final del tercer parcial.

La lluvia de tiros de tres (20 en total) continuó en el último cuarto. Entonces, la distancia siguió estirándose. Argentina apenas pudo oponer el enorme talento de Scola, que terminó el compromiso con 23 puntos y que tuvo el enorme orgullo de ser elegido como el jugador más valioso del torneo.