AUTOMOVILISMO Y MOTORES
¿Quién destrona a Schumacher?
El Mundial 2005 de Fórmula 1 comienza el próximo domingo con el Grand Prix de Australia, bajo el sino de la incógnita. Algunos cambios reglamentarios intentarán darle mayor imprevisibilidad a los resultados, pero la fortaleza de Ferrari y su capacidad de reacción jugarán a favor del alemán, que busca su octavo título mundial.
› Por Pablo Vignone
La pregunta del título puede empezar a contestarse con una anécdota. Después de un 2003 en el que hubo ocho ganadores distintos en 17 carreras, se esperaba un reñido Mundial 2004 de Fórmula 1. Como Ferrari no compartió los escenarios tradicionales de los ensayos previos de invierno con sus escuadras rivales, cierta incógnita se mantenía sobre el rendimiento relativo de la escudería italiana respecto de sus competidores cuando llegaron al Albert Park de Melbourne, el circuito en la que, año a año, se pone en marcha el campeonato. Michael Schumacher esperó media tanda inicial para salir a pista, y a diferencia de lo que acostumbran hacer los pilotos –volver a entrar a los boxes antes de completar la primera vuelta, para chequear que los sistemas del coche funcionen correctamente– pasó por delante de los boxes, y volvió a pasar, completando su primera vuelta de la temporada. Su tiempo de vuelta fue un segundo más rápido que el mejor establecido hasta ese momento. El final de la historia ya es conocido.
Las variantes radicales que modificarán profundamente el desarrollo del Mundial 2005 no necesariamente aseguran que Ferrari vaya a perder su papel estelar. En este campeonato, que se inicia el próximo domingo en el Albert Park, los pilotos deberán correr con las mismas gomas que usaron para las dos tandas de clasificación, y con el mismo motor durante dos carreras consecutivas, sin posibilidad de cambiarlo. Los autos habrán perdido una buena cuota de agarre aerodinámico a causa de los cambios reglamentarios y el orden de partida de las carreras dependerá, por primera vez en la historia de la F-1, de la suma de los tiempos conseguidos por los pilotos en las tandas de clasificación de sábado y domingo, esta última a disputarse pocas horas antes de la carrera.
La pregunta del título sigue respondiéndose con la evidencia de que siempre que se dictaron cambios profundos en el reglamento de la Fórmula 1 en los últimos tiempos, fue Ferrari la que mejor reaccionó. Porque tiene el presupuesto más elevado de todos los equipos que compiten en el Mundial (en el 2004 gastó 418 millones de dólares para ganar los títulos de pilotos y de constructores, algo así como 1.145.205 dólares por día, 12 veces más que Minardi) y los reflejos más aceitados en el rubro técnico.
A los 36 años, el siete veces campeón del mundo Schumacher es ya el piloto más veterano de la Fórmula 1. Se tomó tres meses de vacaciones, para recargar sus baterías: no precisaba, parece, encontrar nuevas motivaciones para continuar su campaña. En su primer día de ensayos, en Imola, marcó un tiempo dos segundos más rápido que el señalado por su –alguna vez– archirrival Jacques Villeneuve.
Los especialistas suponen que la pesada tarea que tendrán los pilotos tratando de arribar al final de los Grands Prix con los mismos neumáticos usados para clasificar podría arrojar enormes sorpresas en la etapa definitoria de cada carrera: es la gran incógnita a develar en este arranque de campeonato. Además supone que, aunque Schumacher marque un tiempazo descorazonador en la primera tanda del GP de Australia, el resultado final no esté tan cantado.
Eso es lo que esperan los fanáticos.