“El Pato jugó con nosotros todo el fin de semana.” La auténtica síntesis de lo que resultó la excursión internacional del TC 2000 a esta pista brasileña la brindó, yéndose, el rafaelino Martín Basso, último habitante del podio. Juan Manuel Silva conquistó la novena fecha del campeonato con una autoridad absoluta, de punta a punta, y consolidó una ventaja en la tabla del torneo que lo transforma, aún contra su juicio público, en tremendo candidato a quedarse con la corona que ya ganara en 1999.

“Me siento igual que cuando empezamos el campeonato –dijo el chaqueño muy seguro después de lograr su 17ª victoria en el TC 2000, la segunda consecutiva–. Tenemos que ser candidatos igual que muchos otros pilotos y equipos.” Pero Christian Ledesma, el marplatense que terminó en segunda colocación, graficó mejor esos 25 puntos de ventaja que Silva amasó sobre Matías Rossi, el antiguo líder que ayer no sumó un solo punto: “Con la diferencia que él (Silva) tiene –opinó Ledesma– yo dormiría un poco más tranquilo”.

Los integrantes del podio repitieron el resultado de la carrera clasificatoria del sábado, lo que pinta un poco lo que fue la competencia que, sin embargo, pudo ser bien distinta si en la tercera curva, apenas largada la prueba, Basso metía la trompa de su Focus por la cuerda, tentando la punta. Pero Silva dobló fuerte por afuera y conjuró su único error de todo el fin de semana. “No valía la pena tocarnos –aceptó el rafaelino atacado de un exceso de cálculo–. Con Christian sabíamos que el Pato tenía mejor coche.”

Ledesma lo intentó todo: una caja de velocidades distinta para correr 30 vueltas, un planteo agresivo, varios intentos de sorpasso en la curva más veloz de la pista, a la izquierda en bajada a 160 km/h. Pero... “el Pato manejaba un coche que estaba un escalón por encima –aseguró–. Cuando a nosotros no nos quedaba resto, sobre el final, él aceleró...”. Silva se lo toma con calma. “¿Campeón? Lo que importa es ser protagonista. No sirve ponerse loco, ¡si no se puede inventar nada! Haber ganado aquí fue un mérito doble –opina frente Líbero– por lo que representa una carrera internacional y en una pista en la que casi ni probamos.”

Si la diferencia en los relojes no marca con fidelidad la que se advirtió en el asfalto, se debió a los dos ingresos del auto de seguridad (por los despistes de Rex y Carducci) que acortaron los márgenes. Esa eventualidad le permitió, por ejemplo, a Norberto Fontana acercarse al pelotón de punta en el último tramo. “El Toyota tenía buena velocidad en las curvas, pero no tanta velocidad final y por eso no llegué hasta el podio”, aseguró el piloto de Arrecifes, que siempre brinda emoción por su manera de entender las carreras.

Algo de lo mismo quiso entregar Rossi, que largaba 27º: viajaba 17º en la cuarta vuelta cuando empezó a sufrir con la mecánica. Después de parar en boxes se tocó con Aventín y se volvió a anoche a Buenos Aires sin un mísero punto. “La decepción es grande porque ahora el campeonato se ha puesto muy difícil”, apuntó quien, tras la tercera carrera del año llevaba 30 puntos de ventaja... y ahora pierde por 25. Tampoco se lució el campeón Ponce de León. Hizo una buena largada desde el puesto 28º, pero el auto avanzó poco. “El motor tiraba pero... no tenía para más”, admitió resignado y, ahora, 36 puntos detrás de Silva, el que, en la repartija del campeonato, parece haber ligado las mejores cartas del mazo.

LA CARRERA

TC 2.000. 9ª fecha, Curitiba.

30 vueltas, 100,850 km.

Promedio del ganador: 134,809 km/h

Record de vuelta: Fontana, en la 6ª, 1m26s682 a 153,457 km/h

Campeonato: Silva, 136 puntos; Rossi, 109; Ponce de León, 100; Basso, 94; Ledesma, 82; Ortelli, 78.

Próxima carrera: 10 de septiembre en San Martín (Mendoza).