Con cerca de un millón y setecientos mil habitantes, Curitiba es, después de Buenos Aires, la ciudad más poblada a la que va el TC 2000, lo que también explica el interés de la visita a este circuito. Sin embargo, hubo menos espectadores de lo esperado. El autódromo tiene capacidad para 30 mil espectadores, pero las tribunas se poblaron poco. “Es difícil que se llene porque el público brasileño no se apasiona tanto por el automovilismo como el argentino”, señala Ledesma. “Vino menos gente que el año pasado, ¿no?”, se desilusionó Silva. El podio se hizo casi en privado, con representantes de las marcas y de Petrobras, la empresa petrolera estatal brasileña que abastece de combustible al TC 2000. La categoría ni siquiera corrió en horario central; fue telonera del Stock Car brasileño, la disciplina más popular aquí, en la que compiten varios ex pilotos de Fórmula 1: Luciano Burti, Chico Serra, Christian Fittipaldi y el veteranísimo Ingo Hoffmann (que era coequiper de Emerson Fittipaldi en F-1 y ganó una carrera de F-2 en Buenos Aires ¡en 1978!). El Stock Car devolverá la atención el 29 de octubre.