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Había terminado el Abierto do Brasil en Costa de Sauípe y después de las palabras del campeón, Gustavo Kuerten, el micrófono pasó a las manos del cordobés Agustín Calleri.
–“Lo único que quiero decir es que Guga en la Argentina es admirado y respetado, y que lo que hoy hicieron conmigo aquí es muy vergonzoso”, afirmó Calleri, haciendo notar su enorme disgusto.
Tras la sorprendente declaración de Calleri y un breve silencio en el recinto, el brasileño tomó el micrófono y con la voz pausada presentó públicas disculpas a su rival, ofreció sus explicaciones para lo que pudo haber motivado el incidente e invitó al público a desagraviarlo con un sonoro aplauso.
La salva de palmas planteó la tregua a la relación antipática que mantuvo Calleri con la afición en Costa do Sauípe tras un dramático partido que Kuerten, que no ganaba sobre polvo de ladrillo desde el 2001, venció 3-6, 6-2 y 6-3.
El partido de la final había sido suspendido el sábado cuando comenzaba el tercer set debido a un torrencial aguacero que estropeó la cancha. La tensión arreció en el rectángulo y las tribunas cuando el argentino se adjudicó el primer set y, después, tras la recuperación de Guga, comenzó a acusar dolores musculares, a pedir la asistencia del médico y a reclamar a los organizadores por las condiciones climáticas.
Ambos jugadores llegaron incluso a discutir por el empeño de Calleri en parar el partido y el de Guga en continuar. El público rechazó con sonoras rechiflas y gruesos insultos los pedidos de Calleri, hecho que se repitió ayer desde el momento en que se reanudó el encuentro.
En la reanudación, Kuerten rompió el servicio del argentino, abrió una ventaja de dos juegos y llegó a liderar por 3-1, cuando el rival quebró su saque. Pero Calleri falló en forma reiterada, y el brasileño aprovechó para adjudicarse el juego y confirmar su servicio, con lo que impuso el 5-2. Con la ventaja y la presión del público afloró el nerviosismo en un partido que terminó emotivo y equilibrado.
La de ayer fue la cuarta derrota de Calleri ante Kuerten en cinco enfrentamientos. El cordobés, 21º del ranking mundial, lo venció en el ATP de Buenos Aires de 2002, antes de que el brasileño se sometiera a una cirugía en la cadera que, en opinión de los expertos, mermó su desempeño.
Comentaristas de la prensa local aseguraron al comenzar el Abierto de Brasil que Kuerten aceptó los consejos de una mística, que le recomendó raparse la cabeza para ahuyentar la mala suerte. Coincidencia o no, el ex número 1 del mundo, que se destacaba por una abundante cabellera, tiene desde hace pocos días una incipiente sombra de pelo sobre su cabeza.