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La lengua afuera volvió a surgir espontáneamente en el rostro de Gastón Gaudio. A esta altura, ése parece ser el gesto que sintetiza la felicidad para el tenista de Temperley. Pero a eso le agregó la decisión de acostarse boca arriba sobre el polvo de ladrillo del Buenos Aires Lawn Tennis. El número ocho del planeta acababa de adjudicarse el Abierto de Buenos Aires, luego de derrotar 6-4, 6-4 al cordobés Mariano Puerta en el encuentro decisivo. Y al igual que lo que sucedió en junio pasado en París, Gaudio recibió su premio de campeón de manos de Guillermo Vilas –también participó de la premiación Gabriela Sabatini–, el referente más grande que dio el país.
Con este título, el quinto personal y el 161º para la Argentina, Gaudio volvió a encadenar dos festejos en apenas siete días, después de haber triunfado en Viña del Mar. Eso sucedió cuando ganó en Barcelona y Mallorca, en el 2002. “Es un sueño que se me cumple. Después de Roland Garros, ganar en mi país es lo más importante para mí”, expresó Gaudio luego del partido. Por segundo año consecutivo, el certamen quedó en poder de un tenista argentino, luego de que Guillermo Coria lo obtuviera el año pasado, derrotando al español Carlos Moyá.
En el desarrollo del primer set, ambos jugadores eligieron estacionarse en el fondo de la cancha y en pocas oportunidades se adelantaron hacia la red. De esa forma, y a pesar de tener algunos problemas para acertar su primer saque, Gaudio no se equivocó en los puntos fundamentales y pudo ganarle el servicio a Puerta para ponerse 3-2. Ese fue el único quiebre del parcial, y así Gaudio lo ganó por 6-4. “Siempre es más lindo jugar en casa. Acá estoy junto a mi familia y a mis amigos. Seguramente estaré el año próximo aquí”, indicó Gaudio, ya en la conferencia de prensa. Y también remarcó que “tener a Vilas y a Sabatini juntos es una satisfacción enorme. Lo mejor que te puede pasar como jugador de tenis”.
En el segundo set, Gaudio sintió un poco el cansancio por la seguidilla de partidos que viene sosteniendo y sus desplazamientos laterales fueron más lentos. Por eso comenzó a buscar el revés de su rival, quien cometía muchos errores cada vez que utilizaba ese golpe. Nuevamente, en este parcial se produjo uno solo quiebre, y volvió a ser a favor de Gaudio, que le ganó el saque a Puerta para pasar colocarse 5-4. Luego, el segundo preclasificado lo definió sin problemas para quedarse con toda la gloria.
“Me costó moverme –aclaró el campeón– porque las piernas no me daban. Creo que decidí mejor que él los puntos difíciles. Mariano resultó un adversario muy complicado.” Y agregó: “Quiero agradecer el apoyo que me brindó la gente. Ellos vienen a ver al campeón de París, pero también al que criticaron cuando perdió en Málaga en la Copa Davis y al que ascendió con Argentina al Grupo Mundial”.
Gaudio también tuvo tiempo para proyectar el futuro, e imaginarlo de la misma manera que el 2004: “Ojalá pueda ganar otra vez Roland Garros. Yo sé que es muy complicado porque hay muchos jugadores que también tienen las mismas expectativas que yo. Sólo que me parece que si sigo jugando así, se puede volver a dar”. Cuando fue consultado acerca de si se consideraba un “galáctico” junto a Coria y Nalbandian, como él mismo los definió el año pasado, Gaudio señaló que no le gusta “ser galáctico. Prefiero seguir así, que estoy bien”.
El tenis ofreció una nueva alegría en el mítico Buenos Aires. Y en esta oportunidad, Gaudio inscribió su nombre entre los elegidos.