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Por SebastiAn Fest
Desde Roma

El Abierto de tenis de Italia comienza hoy con españoles y argentinos como grandes favoritos, en el que es el segundo torneo más importante sobre polvo de ladrillo y una puesta a punto ideal para Roland Garros.
Ocho españoles y seis argentinos estarán entre los 56 jugadores que lucharán en el Foro Itálico por los 100 puntos y los 2.082.500 euros en premios que reparte el torneo, uno de los más prestigiosos del calendario, con nombres como Björn Borg, Ivan Lendl o Guillermo Vilas entre sus campeones. Un puñado de nombres se destaca sobre el resto. El español Rafael Nadal es uno, y los argentinos Guillermo Coria, Gastón Gaudio y David Nalbandian, los otros.
Nadal es candidato por la racha de cinco finales en seis torneos que arrastra en las últimas semanas. “Vengo a ganar 200 puntos estas semanas. Cien por el título aquí y cien por el de Hamburgo”, dijo con la fresca insolencia que le permite su estado de gracia tenístico. Su rival en primera ronda será el ruso Mijail Youzhny.
Coria, que asistió al partido de la Roma ante el Brescia en el cercano Estadio Olímpico, es candidato por ser uno de los mejores especialistas en polvo de ladrillo; Nalbandian, por haber ganado en Munich; y Gaudio, por ser el campeón reinante de Roland Garros y disputar la final de Estoril. Además estarán Guillermo Cañas, Juan Mónaco y Juan Ignacio Chela.
El rival de Coria será el potente chileno Fernando González, en un duelo con destino de horario estelar en la cancha central; el de Nalbandian, el siempre incómodo francés Fabrice Santoro; y el de Gaudio, el checo Karol Beck. Otros latinos en el cuadro son el brasileño Gustavo Kuerten, que se mide con el inglés Tim Henman; el chileno Nicolás Massú, rival de un clasificado; o el peruano Luis Horna, que enfrentará al alemán Florian Mayer.
La potente presencia latina opaca un tanto a otras dos grandes figuras, las más importantes tras conocerse el sábado la renuncia del suizo Roger Federer, número uno del mundo, a jugar el torneo.
Andre Agassi, que ayer jugó una exhibición informal con Nadal a las puertas del Vaticano, disfruta por el mero hecho de regresar a un torneo que disputó por primera vez hace casi dos décadas. “Roma no es un lugar para describir sino para vivir. Hay que ver la pasión de su gente, hay que ver cómo el trabajo es una excusa para vivir”, dijo filosófico el ex número uno.