TENIS › JUAN MARTíN DEL POTRO GANó EL PUNTO DECISIVO EN LA DAVIS CONTRA LOS RUSOS
La victoria sobre Igor Andreev en tres sets puso a la Argentina en la final de la Copa Davis, que disputará contra España en noviembre, como local. Lo del tandilense resultó intachable, tras la inesperada caída de David Nalbandian.
› Por Ariel Greco
Para los viejos futboleros, el apodo ideal para Juan Martín del Potro sería el de “Carasucia”. Es que el tandilense mezcla con toda naturalidad el talento de un elegido con el desparpajo de un pibe de barrio. Y pone ambas cosas en práctica, para transformarse dentro de la cancha en el héroe de la serie ante Rusia, perdiendo apenas 14 games en sus dos singles en el debut en casa en la Copa Davis, como para mofarse con picardía del número uno del mundo, Rafael Nadal, sobre quien prometió prepararse muy bien para “sacarle los calzones del orto” cuando el español venga en noviembre para la final del certamen. Todo con simpleza, sin estridencias, ni aires de divo. Casi sin darse cuenta de que había superado 6-4, 6-2, 6–1 a Igor Andreev en el partido más importante de su carrera y que había puesto por tercera vez en la historia a la Argentina en la final de la Davis.
El viernes había aprobado el primer examen con su victoria apabullante ante Nikolay Davydenko. Sin embargo, ayer la situación era distinta. Su responsabilidad se había multiplicado luego de la derrota de David Nalbandian, ya que el pase a la final dependía de su actuación. Y otra vez Del Potro canalizó a la perfección la presión que significaba el momento. Sin importarle la tensión que mostraban los 14 mil fanáticos, ni los antecedentes coperos de Andreev en partidos decisivos, el argentino salió decidido a imponer su juego. Y luego, con el trabajo concluido, lo primero que hizo fue abrazarse con el capitán Alberto Mancini y, más tarde, con el resto de sus compañeros, para un festejo interminable. Pasada la formalidad, la celebración se trasladó a la tribuna, donde su incondicional grupo de amigos lo esperaba para otra ronda de abrazos, saltos y cantitos. Sus padres no pudieron. “Si están en la cancha, me pongo nervioso. Por eso no los dejé venir”, reconoció después, en otra muestra de su sencillez y de los 20 años que cumplirá mañana.
Un rato antes, Del Potro había mostrado todo su repertorio tenístico. Con un saque que intimida y que le permite manejar los puntos, con una derecha demoledora que martiriza a sus rivales y con un revés muy sólido que no le deja flancos vulnerables, Del Potro se encargó de quebrar la resistencia de Andreev, que fue frustrándose con el correr el partido hasta terminar entregado frente a la superioridad del número 13 del mundo. También sirvió para levantar a la gente, que no se cansaba de cantar el “vamos, Delpo vamos / ponga huevos que ganamos”. Además de tenis, el pibe también tiene carisma...
La estrategia de Del Potro fue sencilla. Sin especular nada, salió dispuesto a buscar un quiebre rápido, arriesgando con la devolución. Y el premio lo tuvo pronto, ya que rompió el saque de Andreev para colocarse 1–0. Claro que lo importante fue sostener el suyo en el game siguiente, teniendo en cuenta que, tras esas oportunidades perdidas, Andreev recién contó con otra chance de rompimiento en el sexto game del tercer set, cuando Del Potro ya se imponía 2-0 y 4-1. “Al principio estaba un poco nervioso, pero después me fui soltando con el transcurrir del juego y a medida que las cosas me iban saliendo bien. Lo cierto es que aún no caigo de lo que estoy viviendo, esto es realmente increíble”, remarcó el tandilense.
Sin pasar sobresaltos con su saque, Del Potro no tuvo inconvenientes para llevarse el primer parcial. En cambio, Andreev comenzó a sentir el ritmo del partido, ya que siempre estuvo obligado a pegar profundo y variar los efectos, para evitar que el argentino tomara la iniciativa. Y aunque lo hizo bastante bien, la solidez de Del Potro minó sus posibilidades. Cuando el tandilense quebró en el quinto game del segundo set y luego encadenó una racha de nueve juegos consecutivos, la sensación era de partido y serie concluidos. Andreev amagó con una reacción cuando logró un juego en cero y en el siguiente tuvo un break-point, pero Del Potro no se inmutó y, con la misma autoridad que exhibió el viernes, cerró el encuentro para colocar el 3-2 definitivo y darle a la Argentina el pasaje a la final. “Es indudable que estoy viviendo un momento increíble por todo lo que me pasó en los últimos meses. Igualmente creo que lo de hoy fue lo más importante por la trascendencia de pasar a la final y la forma en que se dio la serie”, comentó Del Potro, que ya tiene la próxima serie en la cabeza: “Que venga España con Nadal, que le vamos a sacar los calzones del orto”. Los viejos futboleros dirían que es un “Carasucia”.
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