Alberto Acosta tuvo su merecida fiesta de despedida en el Nuevo Gasómetro, un partido que contó con invitados de lujo y que tuvo eco en las tribunas, donde miles de hinchas se dieron cita para decirle adiós al goleador, que el pasado 6 de diciembre jugó su último partido como profesional ante Vélez y marcó, de penal, el gol número 300 de su carrera. Rodeado del afecto de sus amigos, el acontecimiento tuvo varios picos de emotividad, como cuando los padres del delantero, venidos desde Arocena, Santa Fe, dieron en el centro del campo el puntapié inicial.
“Es una alegría enorme que se pueda retirar de esta forma, estoy muy contento. Ojalá que en esta nueva etapa el Beto pueda encontrar fuera de la cancha toda la felicidad que encontró adentro”, comentó Pipo Gorosito, su amigo inseparable del fútbol, que fue técnico y jugador del equipo de San Lorenzo que enfrentó al denominado Equipo de las Estrellas, que contó en sus filas con jugadores de la talla de Enzo Francescoli, Norberto Alonso, Andrés D’Alessandro, Sebastián Rozental, Nelson Parraguez, Félix Benito, Gustavo Zapata y Oscar Passet, entre otros, a quienes dirigieron desde el banco Héctor Veira y Manuel Pellegrini.
“Acosta fue un jugador muy importante en todos los equipos que jugó. Los números de su carrera lo demuestran. Además es un gran tipo y es un gusto poder compartir esto con él”, comentó Francescoli, quien selló su participación en el tributo a Acosta con un golazo, tras un remate desde la mitad de la cancha que encontró mal parado al arquero Ramírez. El conductor de televisión Marcelo Tinelli, quien se dio el gusto de jugar para San Lorenzo, comentó: “Entrar a la cancha en la despedida del Beto me parece mágico, maravilloso”.
Acosta, quien el segundo tiempo jugó unos minutos para el Equipo de las Estrellas, anotó dos goles, uno para cada equipo. Capria igualó el partido para San Lorenzo, que contó con unos minutos de Leandro Romagnoli, quien volvió a jugar después de su lesión; Cornejo anotó el 3-2 y el hijo de Acosta, sobre el final, puso el 4-2 definitivo.
La fiesta terminó con una simbólica vuelta olímpica del ídolo, quien acompañado de sus familiares recibió una inmensa ovación de las tribunas. “Lo único que puedo decir es gracias, gracias a ustedes. Me jugué a muerte por San Lorenzo, van a quedar en mi corazón el resto de mi vida. Ahora seguiré alentando.”