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No perdió tiempo Sebastián Luján, fue directo al grano. En 2 minutos y 48 segundos del primer round, el áspero welter rosarino derrotó por nocaut técnico al marplatense César Leiva y puso sobre la mesa las cartas que jugará para ganarle el 18 de febrero de 2005 al puertorriqueño Kermit Cintrón, el título interino de la categoría en la versión de la OMB. Luján propone el ataque incesante, la acumulación de golpes desde la campanada inicial, la cantidad antes que a la calidad. Y no tiene dudas de su apuesta.
Vale, además, la victoria conseguida en la madrugada de ayer sobre el ring de la Federación, porque Leiva (68 kilos) es un experto en las técnicas de la supervivencia pugilística. Sabe qué es lo que tiene que hacer para durar, pero esta vez no lo pudo aplicar: Luján (66,650 kg) fue un piquete de demolición decidido a acabar la pelea lo antes posible.
Como en otras noches, lo único que el rosarino hizo fue caminar hacia adelante y lanzar manos desde todos los ángulos sin que Leiva pudiera escapar, sostener los frenéticos intercambios o, al menos, amarrar. Un cabezazo involuntario de Luján que le abrió a Leiva una herida en la ceja izquierda fue la antesala de la definición. Segundos más tarde, Luján derribó a Leiva en dos oportunidades: primero con una derecha cruzada, y luego con una combinación de izquierda en swing y derecha en cross. El marplatense se levantó, pero la apabullante ofensiva que desató buscando el nocaut, obligó al árbitro Fernando Peyrous a sacar a Leiva de la pelea y consagrar la quinta victoria de Luján en el año por fuera de combate en el primer asalto, seguramente la más valiosa.
Que quede claro: pega fuerte, pero no es un noqueador de una sola mano. De sus 22 victorias, sólo 14 fueron por la vía rápida. Si demora en definir, va perdiendo poder y convicción a medida que pasan los rounds. Pero en los cuatro primeros asaltos hay que aguantarlo porque es una locomotora que le pasa por encima a cualquiera. Así lo barrió a Leiva. Así quiere ser campeón mundial.