Lunes, 25 de octubre de 2010 | Hoy
EL SUIZO VENCIó AL ALEMáN FLORIAN MAYER Y OBTUVO EL TíTULO EN ESTOCOLMO
En el peor año de su carrera desde 2002, el número dos del mundo igual consiguió el certamen sueco, el tercero que obtiene en la temporada.
Cada vez que parece que su luz empieza a apagarse, la leyenda de Roger Federer vuelve a sumar un nuevo capítulo. Esta vez, con el triunfo 6-4, 6–3 sobre el alemán Florian Mayer en poco más de una hora, el suizo obtuvo el título de Estocolmo, el número 64º de su carrera, con lo que igualó las marcas que consiguieron el estadounidense Pete Sampras y el sueco Björn Borg. Ahora, los tres comparten el cuarto lugar de los tenistas más ganadores, detrás del estadounidense Jimmy Connors, el checo Ivan Lendl y el también estadounidense John McEnroe.
Luego de haber superado a Sampras como máximo ganador de torneos de Grand Slam, Federer ahora alcanzó al estadounidense y al sueco con 64 títulos. Así equiparó en cantidad de torneos a otros dos grandes estrellas de todos los tiempos, aunque todavía está lejos del podio de los más campeones. El líder es Connors, con 109 títulos, seguido por Lendl, con 94, y por McEnroe, con 77. Otra curiosidad es que el triunfo de Federer se dio en Suecia, un país en el que nunca había festejado, por lo que ya suma 18 países distintos en los que levantó al menos un trofeo.
Llamó la atención la presencia de Federer en Estocolmo para disputar un ATP 250, un tipo de certamen del que habitualmente no participa. Sin embargo, el suizo lo justificó por su amistad con los organizadores, los ex jugadores suecos Thomas Johansson y Jonas Björkman. “Uno se siente bien al ganar un torneo, pero es especialmente bonito cuando uno obtiene uno que nunca había logrado antes”, remarcó el suizo, que hacía casi una década que no se presentaba en la capital sueca. “Ha sido una buena semana para mí, estoy contento por haber jugado bien”, sostuvo el actual número dos del mundo, que tomó un poco más de luz sobre el serbio Novak Djokovic en su pelea por esa posición en el ranking.
En esta semana de competición, Federer tuvo como gran examen su duelo de cuartos ante su compatriota Stanislas Wawrinka, ante el que perdió el primer set antes de remontar y sellar su pasaje a semifinales. En el resto del trayecto estuvo mucho más tranquilo, incluida la final ante Mayer, 47º del mundo y que había perdido ante el ex número uno en sus dos confrontaciones anteriores. En su camino al título superó en su presentación al estadounidense Tylor Dent y para llegar a la final batió al croata Ivan Ljubicic. La gran decepción en Estocolmo fue el local Robin Soderling, número cinco del mundo y segundo cabeza de serie, que cayó el viernes en cuartos ante Mayer. Por esa derrota no se dio la final esperada con Federer, un duelo que ya se está transformando en un clásico.
Más allá del éxito, para Federer tiene un significado especial el logro de este nuevo título. Desde 2001, cuando obtuvo en Milán el primer campeonato de su carrera, en el resto de sus temporadas consiguió como mínimo tres certámenes en el año, cifra que alcanzó ayer en Suecia. Hasta ahora había ganado el Abierto de Australia y el Masters 1000 de Cincinnati. Para encontrarse con una cosecha tan magra hay que remontarse hasta 2002, cuando celebró en Viena, en el Masters Series de Hamburgo y en Sydney. En 2008 y 2009 se quedó con cuatro títulos, cantidad que podría repetir ahora si vence en Valencia, Basilea o la Copa Masters en Londres, los torneos que le quedan en lo que resta del año. Por el contrario, sus temporadas más fructíferas se dieron en 2004 y 2005, con 11 torneos, y en 2006, con 12.
La leyenda Federer sigue su camino. A los 29 años y padre de las mellizas, sus hazañas ya son más esporádicas. Sin embargo, el suizo no se da por vencido y nunca renunciará a la posibilidad de recuperar su aura de imbatibilidad y, sobre todo, a intentar desbancar al español Rafael Nadal del primer lugar del ranking mundial.
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