LA RACHA DE TRIUNFOS SE DETUVO EN EL 59
El mejor tenista del mundo abandonó por lesión la final del Masters 1000 de Cincinnati, cuando Andy Murray le ganaba cómodamente. “Es normal que en algún momento de la temporada uno esté exhausto”, se defendió.
› Por Diego Martínez
Luego de 59 victorias y una sola derrota, ante el suizo Roger Federer, en la temporada, el ahora número uno del mundo, el implacable serbio Novak Djokovic, volvió a caer ayer en la final del Masters 1000 de Cincinnati ante el escocés Andy Murray, número cuatro del escalafón de la ATP, aunque sin terminar el partido porque un dolor en su hombro derecho, cuando perdía por 6-4 y 3-0, lo obligó a abandonar. “Podría haber jugador un poco más, pero, ¿para qué?”, comentó Djokovic tras el encuentro, que duró una hora y 12 minutos.
Lo que no encontró ayer Djokovic ante Murray fue la regularidad que lo catapultó a la cima del ranking y que le permitió ganar posiciones ante dos pesos pesados, el español Rafael Nadal y el propio Federer. Ayer, el serbio pareció pagar todas juntas las facturas que le presentó el gran rendimiento que viene teniendo en la temporada. Lo primero que le falló fue su servicio, a causa de un dolor en su hombro derecho. Dos veces cedió su saque ante el escocés y si bien después logró descontar uno, no le alcanzó como para salir airoso de la primera manga.
El segundo set fue prácticamente un trámite. Dos veces cedió su servicio antes de tomar la dolorosa decisión de abandonar el partido para otorgarle a Murray el título en Cincinnati y el honor de cortarle al número uno del mundo una racha vencedora de 16 partidos, luego de la que hasta ayer había sido su única derrota en 2011, ante Federer por las semifinales de Roland Garros, la cual le cortó una racha positiva de 43 triunfos.
La caída ante Murray le impidió a Djokovic sumar el que hubiera sido su décimo título del año, tras las obtenciones de los Grand Slam de Australia y Wimbledon, los Masters 1000 de Indian Wells, Miami, Madrid, Roma y Montreal, y los torneos de Dubai y Belgrado.
“Gané muchos partidos y llegué a las etapas decisivas de todos los torneos en los que participé, por lo que es hasta normal que en algún momento de la temporada uno esté exhausto”, explicó Djokovic. Y, en particular sobre los problemas de ayer con su servicio, agregó: “No podía sacar. Sacaba a un promedio de 90 millas por hora (144 km/h) el primer saque. Podía haber jugado un poco más, pero, ¿para qué? Es una pena haber tenido que terminar de esta manera. Lo intenté. Lo bueno es que hay una semana, hasta que empiece el US Open. Creo que es tiempo suficiente para recuperarme”.
Es aún prematuro adelantar si esta lesión producto del agotamiento le impedirá participar del cuarto y último Grand Slam de la temporada, que arrancará el próximo 29 de octubre y que lo tiene como máximo favorito. También deberán esperar los resultados de los estudios médicos los integrantes del equipo argentino de Copa Davis, que entre los días 16 y 18 de septiembre deben jugar en Belgrado frente al equipo de Serbia, que tiene a Djokovic como figura principal. Argentina y Serbia se enfrentaron una sola vez, en 1964. En esa oportunidad la ex Yugoslavia se impuso con un contundente 5-0.
Para el vencedor de ayer, el título se presenta como la mejor antesala para su participación en el US Open. Para Murray se trató de su segundo título del año, luego de haber obtenido el título en el torneo de Queen’s en junio pasado. “Esta no era la manera en que quería ganarle”, manifestó Murray, a propósito del abandono por lesión de Djokovic. “Cuando vi que la potencia de su servicio había descendido, sobre el final del primer set, me di cuenta de que estaba siendo muy duro para él”, agregó el vencedor.
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