Lunes, 12 de agosto de 2013 | Hoy
SEGúN LA AFIP, EL PASE DEL COLOMBIANO A RIVER SE DESTRABARíA ENTRE HOY Y MAñANA
Según el vicepresidente Diego Turnes, se cumplieron dos de los tres requisitos necesarios para la operación. La oposición denuncia que “hay empresarios que se quieren apoderar del club sometiéndolo a un endeudamiento”.
Por Gustavo Veiga
En el fútbol habría que revisar la vigencia de ciertos apodos, esas marcas en el orillo que vienen de una gloria pretérita. A juzgar por lo que pasa en River con la meneada y empantanada transferencia de Teófilo Gutiérrez (el club mexicano Cruz Azul anunció el viernes que el delantero debe volver y no revió su decisión hasta hoy), el mote de millonarios parece una antigüedad. No se ajusta a esta época. El 25 de noviembre pasado, desde estas páginas, se informaba que durante la gestión de Daniel Passarella se profundizó la tendencia a comprar y/o vender jugadores fraccionados. Las fichas de 43 juveniles del semillero eran compartidas con particulares, empresas como Fuerte Brisa, Gold Players, Fútbol 3000, Mil Sports, Sport Plan y Fútbol de Raza y hasta familiares de los futbolistas. Nada cambió.
Al polémico Teo los hinchas de su último equipo no lo quieren ver ni en figurita, pero en Núñez decidieron comprar la mitad de su pase por 1.785.000 dólares. El colombiano todavía no debutó, una fuente de la AFIP le dijo a Líbero que la responsabilidad es de River porque no presentó la documentación a tiempo y en México lo esperan para entrenarse esta semana. ¿Qué pasará con este conflicto incipiente? Difícil de anticiparlo. Sí se sabe que Gutiérrez sueña con jugar en el equipo de Ramón Díaz, del que es hincha confeso, y no regresará al Cruz Azul. Pero claro, corre el riesgo de ser sancionado. En el Facebook oficial, los cuates de la máquina cementera –de tan enojados que están– sugieren mandarlo a hombrear bolsas o a jugar en la filial de Oaxaca. El riojano, en cambio, desespera por sus goles. River lleva apenas marcado uno en dos partidos del torneo que recién comenzó. La sequía se notó tras las salidas de David Trezeguet, Carlos Luna y Rogelio Funes Mori.
(Sobre llovido...) La noche del viernes, la operación Teo todavía estaba “sujeta a aprobación”, según la AFIP, porque “River no presentó los papeles a tiempo”. La misma fuente aclaró que ese trámite se había cumplido el jueves, pero faltaba un paso más: la convalidación del Banco Central para liberar los dólares con que el club debe completar el 50 por ciento de la transferencia.
(... mojado) De manera casi simultánea, la directiva mexicana daba por caído el traspaso en un comunicado: “El jugador debe presentarse a entrenar en las instalaciones del Club Cruz Azul a inicios de la siguiente semana (por ésta), para cumplir con el contrato deportivo de trabajo que lo vincula con la institución, el mismo que está vigente y surtiendo sus plenos efectos”. En un párrafo anterior, acusaba a River de no cumplir “con su obligación contractual de pago y, como consecuencia de ello, Cruz Azul FC no ha podido liberar el pase internacional del jugador”.
En el fútbol, como en la vida misma, la palabra cuenta muy poco, y ni siquiera un contrato es la garantía de un trato cerrado (ver aparte), aunque sí puede ser el preámbulo de un juicio futuro. El pase tiene ahora un final abierto. La misma fuente de la AFIP sostuvo que “si no existe alguna traba que lo impida, entre lunes o martes el tema debería quedar solucionado”. El vicepresidente 1º Diego Turnes dijo la noche del partido con Central: “Nos desayunamos con un comunicado, no es una intimación, pero estoy sorprendido. Esta operación tenía tres aristas para ejecutar. Pagarle un porcentaje al jugador, asumir una deuda del Cruz Azul con el grupo económico dueño del pase y abonarle al club mexicano. Las dos primeras se cumplieron, la última todavía no porque la documentación recién la mandaron el lunes a la noche. Hay un principio de ejecución del contrato. River hizo la parte que le correspondía de manera correcta y no está observado”.
Daniel Kiper, el dirigente opositor a la conducción de Passarella y otros oficialismos del pasado, describe que pasan estas cosas “por incapacidad y por intereses ajenos al club, ya que es una vidriera de los grupos económicos. La operación de Jonathan Bottinelli fue vergonzosa, el pasivo de River ronda los 400 millones de pesos y percibo que, en el camino hacia las elecciones, también hay empresarios que se quieren apoderar del club sometiéndolo a un endeudamiento”. Hacia diciembre hay varios precandidatos que ya se perfilan, incluido el propio Daniel Passarella. ¿A quiénes se referirá Kiper?
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