DESPUES DE LA VICTORIA CON BOCA, UN PALIDO EMPATE ANTE BANFIELD
A River lo afectó la resaca
Para Ramón Díaz, la última había sido una semana fantástica, y los hinchas querían continuar celebrando en el Monumental. Pero el equipo no jugó bien, perdió dos puntos de esos que duelen en la definición del torneo y ve cómo se le acercan Gimnasia y Racing. Por lo menos, Boca perdió...
› Por Adrián De Benedictis
Después de ocho años, River volvía jugar como local luego de una victoria como visitante ante Boca. Y, seguramente, la gran cantidad de hinchas que asistió ayer al estadio Monumental esperaba continuar los festejos para seguir su camino hacia un título que se niega desde hace dos años. Pero, como le sucede últimamente a River, después de enfrentarse con su máximo rival no puede realizar buenas producciones. El único líder del torneo Clausura no sólo no pudo vencer a Banfield, al empatar sin goles, sino que permitió que sus perseguidores se sigan acercando un poco más. Es que, por perder puntos ante rivales de menor jerarquía individual, desperdició los últimos tres títulos...
Teniendo en cuenta que venía de empatar en México ante el América, por la Copa, con un planteo muy conservador, sus seguidores se ilusionaron con reencontrarse con un nuevo triunfo. Sin embargo, nadie imaginaba que terminarían criticando la actuación de los jugadores, e incluso despidiéndolos con algunos silbidos. Si bien River sólo empató dos encuentros en este torneo, ambos fueron como local, sin marcar goles, y ante los equipos que vienen de la B Nacional y luchan por mantener la categoría.
La situación de ayer fue muy distinta de lo que ocurrió frente a Chicago, cuando River fue claro dominador y convirtió al arquero rival en la gran figura del partido. Ante Banfield, el equipo conducido por Ramón Díaz no pudo tener la iniciativa total del juego, y debió repartir el protagonismo con el conjunto del Sur.
A pesar de que comenzó manejando más la pelota en el medio, River no tenía profundidad en los últimos metros, y sus avances se diluían en la puerta del área de Lucchetti. El lugar por donde River buscaba desequilibrar era por la derecha, con los encuentros entre Franco y Ortega. Por esa vía, Lucchetti cortó bien un centro que Cavenaghi esperaba para definir. Luego, González le sacó justo la pelota a Ayala, cuando el paraguayo se preparaba para rematar. A esa altura, Banfield sólo buscaba inquietar a Comizzo con tiros desde lejos. Primero fue Santa Cruz, y encontró bien parado al arquero; y luego López, pero su derechazo se fue por arriba.
Recién a los 27 minutos, River iba a generar la jugada más clara para ponerse en ventaja: Cambiasso le pegó dentro del área y un defensor tapó el remate, ese rebote le quedó a Zapata, pero Lucchetti le ganó el mano a mano. Mientras seguía probando de media distancia, Banfield tuvo su mejor oportunidad a los 37 minutos: Jiménez envió un centro desde la derecha, Lujambio le ganó en el salto a Ayala, pero Comizzo alcanzó a sacar la pelota por arriba. Sobre el final, D’Alessandro remató un tiro libre que se fue al lado del palo.
En el segundo tiempo, River continuaría su búsqueda, pero a medida que pasaban los minutos se desesperaría para encontrar el gol. Garcé tuvo su chance, pero no pudo con Lucchetti, y después Rojas –demasiado contenido, casi no aportó en ofensiva– desperdició su chance con una mala definición. A los 73, Del Río iba a tener la primera de sus dos ocasiones, pero su remate fue demasiado débil; y en la segunda, se demoró ante el cruce de Rojas. En el medio, Santa Cruz y Sinisterra salvaron su arco entre varios rebotes. Si River no podía con once jugadores, con la expulsión de Ledesma se le cortaron más los caminos. El pelotazo fue su único recurso, y sólo Ortega exigió al arquero, en tiempo de descuento, con un derechazo cruzado.
La euforia de vencer a Boca ya quedó atrás, y ahora el objetivo pasará por revertir su pálida imagen de ayer. Tanto en el Clausura como en la Copa. Del propio River depende.
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