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Bajo una lluvia impresionante, que puso el interrogante sobre la oportunidad de llevar a cabo la competencia, Diego Aventín ganó la accidentada prueba que el TC disputó en el autódromo de Buenos Aires, bajo la entrada recurrente del pace-car, dados los numerosos incidentes que se produjeron, y que obligaron a terminar la carrera seis vueltas antes de lo estipulado, precisamente con el auto de seguridad liderando el pelotón.
En la punta, Aventín resistió el asalto del puntero del campeonato, Christian Ledesma, que aprovechó el quedo de Juan Manuel Silva para estirar ventajas en la punta del torneo. Silva, que se había constituido en un gran animador y escolta de Aventín con posibilidades aún de superarlo, debió desertar en los últimos giros al surgir una falla en el motor de su máquina. Detrás de Ledesma llegó el multiple campeón Guillermo Ortelli, que no pudo resistir el embate del piloto marplatense.
Marcos Di Palma, con el Chevrolet que corriera anteriormente su hermano José Luis, superó magras actuaciones anteriores y logró clasificarse en el cuarto lugar, en una actuación sobria, mientras su otro hermano, Patricio, resultó quinto.
Norberto Fontana, que había logrado el mejor tiempo clasificatorio, se despistó tanto en la serie selectiva como en el repechaje y no pudo participar en la final. Por su parte el múltiple campeón Juan María Traverso, quien también se despistó en la final, debió abandonar apenas haber girado siete veces al circuito metropolitano.
Sobre el final, cuando las sucesión de despistes e ingresos del pace-car permitió algunas vueltas de carrera, bajo un spray que hacía muy dificultoso el manejo competitivo, Ledesma intentó acercarse a la vanguardia, pero el Ford de Aventín, que traccionaba mejor a la salida de los curvones, pudo sostener la diferencia. Ortelli no tenía coche para ir a buscar a los punteros, y un enésimo coche de seguridad puso el punto final a una carrera que, acaso, no debió correrse.