FúTBOL › OPINION
Una cuestión de actitud
Por Ariel Greco
Una de las diferencias nítidas que dejó el superclásico fue la actitud. Resultó llamativa la pasividad con que Boca le permitió manejar la pelota a su rival en el segundo tiempo, pese a que estaba en desventaja y perdía el clásico, el invicto y la punta. Más allá de tener un futbolista más en la cancha, en cada sector de la cancha River imponía superioridad numérica, ya sea en ataque como defensa. Además, en cada pelota dividida, casi siempre prevalecía un jugador visitante. Haciendo hincapié en ese aspecto se puede a empezar a explicar lo que sucedió en la Bombonera. Y también sirve para entender por qué el partido parecía estar definido mucho antes del pitazo final de Pezzotta.
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