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Por Ariel Greco

Cinco caras nuevas. Algunas conocidas, otras recién llegaditas. En su excursión a Lanús, Boca mostró a cinco de sus refuerzos, pero sin dudas la gran decepción fue el reestreno de Martín Palermo. El delantero no sólo casi no entró en sintonía en el juego sino que, además, se fue expulsado por un golpe sin pelota a Mauricio Romero en el final de la primera etapa. Del resto, lo único rescatable fueron varios arranques –sin terminar de concretarlos– de Andrés Guglielminpietro y algunos enganches de Ariel Carreño. En cambio, Cristian Traverso y Claudio Morel Rodríguez quedaron en deuda. Demasiado poco para las expectativas generadas y para tratar de empezar a olvidar a los que ya no están.
No bien Boca pisó la cancha, la ovación de los hinchas no se hizo esperar. “Aplaudan / Aplaudan/ no dejen de aplaudir...”, fue el canto que recibió al goleador. Y Palermo respondió con el saludo y los aplausos para la gente. Ya en el juego fue otra historia. El nueve no pudo responder como pretendía, por más que sus compañeros lo buscaron de manera repetida por arriba. Por los dos sectores, cada jugador de Boca que llegó a la altura del área no dudó en enviar un centro, pero ninguno encontró la cabeza ahora casi morocha del goleador. Entre Romero y Leandro Gioda se encargaron de tomarlo –muchas veces de forma literal– y así lo sacaron del juego. Para completar una jornada negra, en la última maniobra del primer tiempo le cometió una infracción al ex jugador de la selección juvenil y le arrojó una patada sin pelota. Roja y chau debut. Lo único positivo es que, gracias al artículo 225, Palermo no se perderá el clásico ante San Lorenzo.
De los restantes nuevos, lo mejor fueron apenas intenciones. Por un lado, Guglielminpietro, que en cada arranque dejó la impresión de que podía generar alguna acción de riesgo y que con más continuidad puede armar una buena sociedad con Fabián Vargas. Una chilena que se fue cerca, un desborde que terminó con un tiro en el palo de Vargas y un remate desde la derecha que Bossio desvió al corner fueron sus mejores acciones. El otro que aportó al menos algo rescatable fue Carreño, que en su retorno al club mostró que sus desbordes pueden ser una herramienta útil. Tuvo el gol del triunfo tras una buena gambeta, pero Bossio le tapó el remate.
Lo de Morel Rodríguez y Traverso resultó bastante opaco. El ex lateral de San Lorenzo no fue confiable en la marca, ya que cometió muchas infracciones, y tampoco se transformó en una salida clara por su sector. Por parte del zaguero, su regreso a Boca lo mostró muy lento y bastante falto de distancia. Por eso, en los primeros minutos, Lanús aprovechó su sector para generar riesgo. Con el correr del juego, su oficio y experiencia le alcanzaron para, al menos, disimular las falencias.