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Por Ariel Greco

Boca se está armando, pero lo que no parece bien determinado es hacia qué lado apunta. Cada partido que pasa se torna más difícil determinar cuál es el equipo ideal para el entrenador. Incluso ni siquiera tiene claro qué sistema es el más adecuado a partir del plantel con el que cuenta. Una última línea con tres zagueros o una de cuatro con dos laterales, un mediocampo con enganche o con doble volante central y la posibilidad de atacar con dos o tres delanteros son algunas de las incógnitas que se agigantan con el paso de cada uno de los partidos. Sobre todo por la irregularidad que, aun en un mismo partido, muestra el conjunto de Miguel Brindisi.
Para arrancar ante Huracán de Tres Arroyos, el entrenador de Boca se decidió por un esquema con cuatro defensores, tres mediocampistas, Cagna de enganche y dos delanteros. Sin embargo, luego de la pálida imagen del primer tiempo –probablemente los peores 45 minutos de la era Brindisi–, el entrenador resolvió hacer cirugía mayor en el entretiempo. No sólo cambió tres jugadores, que si el reglamento lo permitiera hubieran sido más, sino que además modificó radicalmente el dibujo táctico. Con la salida de los dos marcadores de punta –Alvarez y Calvo–, la línea de fondo se recompuso con tres hombres a partir del ingreso de Matellán.
En el mediocampo también resolvió una disposición distinta. Con la entrada de Cascini, Boca volvió a la tradicional formación de la última etapa de Bianchi, con dos volantes centrales y dos que se movían por afuera. Adelante, la apuesta fue por tres delanteros. Más allá de que en algún momento tanto Tevez como Palermo o Cangele se tiraron unos metros atrás, los tres se ubicaron de punta.
Claro que las modificaciones que implementó Brindisi no son nuevas. En la semana, en la Copa Sudamericana, Boca también debió remontar un marcador en contra y por eso el entrenador se la jugó con variantes que cambiaron el sistema. Así, ante San Lorenzo terminó con tres atacantes netos y Tevez de enganche, resignando otra vez a uno de los laterales. Una ecuación similar había sido utilizada en el encuentro ante Gimnasia, también luego de un primer tiempo muy flojo. Pero los cambios no son sólo para revertir un resultado. Ayer, ya sin posibilidades de sustituir jugadores, Boca sostuvo el triunfo con una línea de cinco, con Cagna y Guglielminpietro como laterales, mientras que Palermo se ubicó como volante por la izquierda, lo que dejó a Tevez aislado arriba. En definitiva, las próximas fechas servirán para saber hacia dónde apunta este Boca en desarrollo.