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Por Juan Jose Panno

Cuando los jugadores de Boca abandonaban la cancha después del pálido empate contra Instituto, desde las dos cabeceras cayó imperativo el canto que manda ganarle a River como sea. Se trata de una orden medio formal, porque la mayoría de los hinchas no cree demasiado en la posibilidad de una victoria en el superclásico; mucho menos después de observar el rendimiento individual y colectivo en el cero a cero ante Instituto.
En Bahía Blanca, los hinchas que viajaron especialmente desde Buenos Aires y los que River tiene desparramados en la ciudad y pueblos aledaños celebraron eufóricos la victoria que permitió quebrar la rachita de derrotas, trepar posiciones, superar por un punto al tradicional rival y sumar ilusiones de cara al enfrentamiento del próximo domingo.
Es cierto que Boca debió ganarle a Instituto y que River terminó apretado por Olimpo, el último de la tabla, pero lo real es que: 1) Boca igualó con un rival que también estaba último antes del inicio de esta fecha y que estuvo casi una hora con un jugador más; 2) y que River hizo tres goles, ganó después de tres derrotas consecutivas y llega bien plantado, mejor que Boca, al súper.
El próximo domingo River no va a hacer muchos cambios respecto del equipo que presentó en Bahía. Va a volver Marcelo Salas y por lo tanto Astrada tendrá que optar entre Gastón Fernández y Maxi López. A favor de este último juega el recuerdo de su excelente producción en el último superclásico por un torneo local jugado en la Bombonera. En el medio, Gabriel Pereyra jugará como volante por la derecha en lugar del expulsado Cristian Ledesma y atrás es probable que no haya ningún relevo.
Miguel Angel Brindisi va a formar un equipo distinto. Volverán Schiavi, Traverso, Tevez, Cagna, Cascini y Guillermo Barros Schelotto y de los que jugaron ayer seguirán Abbondanzieri, Jerez, Calvo, Cardozo y Palermo. Estas son algunas variantes posibles: que Matellán juegue de lateral; que se dibuje un esquema con tres en el fondo y entre Ledesma; que entre Ledesma y Barros Schelotto vaya al banco. De cualquier manera el principal cambio que deberá intentar Brindisi empieza en él mismo: hasta ahora no encontró el equipo, busca, ensaya, no les da seguridad a los jugadores y no parece muy seguro de qué trole hay que tomar para seguir. Los exigentes e impiadosos hinchas de Boca trazan apurados paralelos con Bianchi y ya iniciaron su campaña de hostigamiento. Si Boca pierde con River la situación del DT se va a tornar muy comprometida porque el fútbol argentino tiene plazos caníbales.