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Tan sólo dos horas le bastaron al juvenil colombiano Radamel Falcao García para instalar su nombre en la boca de millones de argentinos. Cuando la mayoría de los periodistas especulaba con la presencia de Oberman o la Gata Fernández en la formación inicial que enfrentaría a Independiente, el entrenador de River, Reinaldo Merlo, sorprendió a todos y, apenas cuarenta y cinco minutos antes del inicio del encuentro, confirmó al delantero colombiano en el once titular.
Nacido en Santa Marta, Colombia, el 10 de febrero de 1986, llegó al club hace 4 años luego de una buena participación en una Nike Cup, torneo en el que participan jugadores de entre 12 y 15 años. Ya jugador de las inferiores de River, tuvo una activa participación en la Sub-20 de Colombia, aquella de Rodallega que se impuso en el Sudamericano de enero pasado. Su debut en la Primera de River se había producido el 6 de marzo de este año, en un triunfo por 3 a 1 sobre Instituto. En total, con Astrada entró algunos minutos en cinco partidos. El de ayer fue el primero desde el arranque.
“Siempre quise triunfar en River, así que éste puede ser el primer paso”, comentó en los vestuarios, luego del partido, con evidente satisfacción. También contó que su segundo nombre es un homenaje del padre al crack brasileño que brilló a principios de los ‘80.
Pero, ¿qué fue lo que hizo este joven para que todos los micrófonos lo buscaran a él en la zona de vestuarios? Como suele pasar en estos casos, la mayoría de los presentes en el Monumental se preguntaba cómo se las arreglaría este delantero de normal estatura (1,77 m) para llevar peligro sobre el arco defendido por Leyenda. La apuesta de Merlo era arriesgada, ya que había dejado solo al chico entre los cuatro defensores del equipo de Falcioni. Pero Falcao respondió. Y muy bien.
Luego del tempranero cabezazo de Bustos Montoya, muchos jugadores de River parecieron volver a ver los fantasmas de la eliminación de la Copa Sudamericana y las tres derrotas consecutivas en el Apertura. Sin embargo, fue entonces cuando Falcao empezó a mostrarse y a justificar la confianza que depositó Merlo en él. A los 24 minutos, luego de recibir de espaldas al arco y dejar desairados a Herrón y Biglia le cedió la pelota hacia Montenegro, que cambió de frente para habilitar a Zapata. El mediocampista esperó la entrada al área del ex jugador de Independiente y, con otro buen centro cruzado, le dejó servido el empate. Montenegro no falló y con un buen cabezazo al palo derecho de Leyenda concretó el empate.
Falcao empezaba a mostrar el camino y River volvía a creer en sí mismo. Cuando se moría la primera parte, en un excelente contragolpe encabezado por Sambueza, clavó por primera vez su nombre en la red. Sambueza lo dejó cara a cara con Leyenda y el pibe, luego de una larga corrida, picó la pelota por sobre el cuerpo del arquero con un sutil toque de zurda.
En el inicio del complemento, luego de eludir a Méndez, enganchó hacia al centro del área y selló el resultado con un buen remate al palo derecho de Leyenda. Era suficiente. Luego de poco más de dos horas, millones de bocas ya conocían bien su nombre.

Informe: Carlos Altea.