TENIS › MANO A MANO CON EL TENISTA CORDOBES
“Siempre juego lo mejor que puedo, a veces me sale bien”
Por S.F.
Desde Shanghai
David Nalbandian sonríe: es el campeón del Masters, el segundo argentino en lograr la hazaña tras Guillermo Vilas en 1974. Pero Nalbandian sonríe también por lo que le espera. Tiene apenas 23 años, y siente que lo mejor está aún por venir. “Queda tiempo, quedan ganas, queda todo... Mi meta para el 2006 es ganar un Grand Slam”, dijo Nalbandian en Shanghai, donde sorprendió al mundo conquistando el Masters.
–Hace un año se planteó como meta ser “top tres” al final del 2005. No la cumplió, pero ganó el Masters. Parece incluso mejor que el objetivo planteado. ¿Cómo se define este momento? ¿Qué significa ganar un Masters?
–Es increíble, son sensaciones únicas. Es muy difícil comparar esto con ser uno de los tres mejores. La meta es estar ahí, pero para estar dentro de los mejores tres o cuatro del mundo tenés que ser consistente en los torneos grandes como éstos. Y esto me da la pauta de que puedo, de que jugando bien lo puedo lograr.
–Es seguramente el mejor momento de su carrera...
–Sí, por supuesto. Y creo que es sobre todo importante la forma en que gané ante el número uno del mundo. Siempre creí en la victoria, pero cuando Federer se pone en el quinto set 6-5 y 30-0 con su saque, el momento era bastante duro.
–Es un éxito enorme con apenas 23 años. ¿Qué motivación queda después de esto?
–¡Queda tiempo, quedan ganas, queda todo...! Hay que seguir. Me pone muy contento, y haber ganado un torneo así genera más expectativas también.
–En el 2002 sorprendió con la final de Wimbledon, esta temporada en Australia terminó con el mito del césped en la Davis, y ahora demostró que un argentino puede ganar un gran torneo en una superficie ultraveloz. ¿Le gusta romper moldes?
–Yo juego lo mejor que puedo siempre. Hay veces que sale, hay veces que no sale. Pero por suerte en los momentos importantes siempre sale bien. Ahora estoy tan contento que querría que éste no fuese el último torneo del año, querría seguir jugando.
–El tenis argentino vivió un gran año en resultados, pero opacado por la sucesión de casos de doping. ¿Su victoria retoca la imagen del tenis argentino o son cosas diferentes?
–Creo que todo suma. Los casos que salieron son una pena, pero no podemos meter todo en la misma bolsa. Tenés alegrías y tenés amarguras también.
–Este triunfo, ¿lo sorprende más o menos que aquella presencia en la final de Wimbledon?
–Es muy difícil de comparar. Son dos épocas distintas, jugadores distintos... Es todo tan distinto, que es difícil. La otra vez con tan pocos años era increíble, y hoy yo sé que jugando bien puedo estar acá arriba. Soy más consciente, por eso quizá me sorprende un poco menos. Aquella vez era muy chico. Fue increíble, fue de golpe. Hoy estoy chocho, pero la otra vez, al ser tan chico, te generaba otra cosa.
–Quiere seguir jugando, pero el calendario no lo permite. ¿Cómo imagina el 2006, qué debe hacer el año próximo para terminar conforme?
–Jugar bien los torneos importantes, los torneos grandes, que es donde uno suma los mayores puntos. Mi meta para el 2006 es ganar un Grand Slam para estar dentro de los tres o cuatro mejores jugadores del mundo.