Todo está tan loco en el Clausura que los únicos partidos que perdió Boca fueron contra Gimnasia de Jujuy y San Lorenzo, los únicos dos equipos a los cuales les ganó Racing. Todo está tan loco que hace algunas fechas todos coincidían en que a Boca le esperaba un fixture terrible, pero ahora resulta que tiene que jugar contra Independiente y Vélez, que están fuera de la discusión por el título. Pero nadie debería sorprenderse si Boca resigna puntos vitales justamente contra esos cuadros. Todo está tan loco que si Boca les hubiera ganado a Instituto y a Tiro Federal –los dos que se fueron al descenso– tendría cuatro puntos y a esta altura estaría ensayando la vuelta olímpica. Claro que, si se lo mira desde otro ángulo, Boca bien podría haber perdido contra Banfield y River y, en ese caso, ahora no sería líder, ni nada.

El campeonato mostró distintas facetas de los boquenses y la mejor síntesis puede ser el partido de ayer: el equipo de Basile jugó muy mal en el primer tiempo y bastante bien en el segundo. Algo parecido a lo que le ocurrió contra Racing en el Estadio Unico de La Plata.

Se dio varias veces en el Clausura que Boca entró en la escena en el último tramo de sus partidos. Le ganó a Banfield sobre la hora, le empató a River sobre la hora, ayer encontró el gol a 18 minutos del final, cuando la gente empezaba a impacientarse. Las estadísticas avalan la idea de que Boca juega mejor en las segundas partes: hizo 10 goles en los primeros tiempos de sus partidos y 15 en los períodos finales. ¿Cuál es la razón? Hay más de una: una buena preparación física, el aliento del público que empuja como ninguno, la paciencia que trata de inculcar Basile para que los jugadores no se desesperen en la búsqueda, el desgaste que les provoca a los rivales el esfuerzo para sostener el resultado ante un rival técnicamente superior. Con Bianchi era distinto: Boca llegaba al gol y después aguantaba. Pero ahora se abren nuevas historias. Locas por cierto, al punto que con Basile Boca podría llega a conquistar 4 de los 4 campeonatos que jugó, y todavía es resistido.