Lunes, 24 de septiembre de 2007 | Hoy
FúTBOL › EL ARBITRO CONTRIBUYO A LA CONFUSION GENERAL
Por Juan José Panno
En la foto del cuadro de honor de los árbitros argentinos, Héctor Baldassi sale... A un costadito, medio tapado, pero sale. Seguramente los lugares de privilegio los ocupan Arturo Andrés Ithurralde, Carlos Nai Foino, Horacio Elizondo, Roberto Goycoechea, Javier Castrili, Humberto Dellacasa padre, Francisco Lamolina, Luis Pestarino, Angel Coerezza, Ricardo Calabria y algunos pocos más...
Baldassi aparece al lado de Sergio Pezzotta. Los dos son de lo mejorcito en un plantel arbitral en el que compiten cabeza a cabeza por la manguera de oro Gustavo Bassi, Carlos Maglio, Faraomi, Néstor Pitana, Pablo Lunati, Rafael Furchi, Saúl Laverni y algunos más.
Baldassi, que tiene cierto aire canchero y suele mantener una peligrosa confianza con los jugadores, es un tipo técnicamente bien preparado que normalmente no comete errores en la aplicación o la interpretación del reglamento. Ayer, en la Bombonera, se puso al nivel de los que están muy por debajo suyo. Dicho de un modo más directo: fue un desastre.
Su principal error fue permitir que José Valdiviezo, el arquero de Gimnasia y Esgrima de Jujuy, se tomara todo el tiempo del mundo antes de cada saque de valla en los momentos en que su equipo estaba en ventaja o empatando. No lo amonestó, ni siquiera le hizo un gesto para que se apurara y el tipo entonces fue perfeccionándose en las demoras hasta hacerles recordar a los más veteranos los tiempos en que Alberto Poletti hacía de las suyas (en este sentido, de todos modos, está claro que todo tiempo pasado fue peor).
Las artimañas de Valdiviezo y la pasividad de Baldassi irritaron a todo Boca. Algunos protestaron; otros silbaron, un desubicado hincha PRO de las plateas VIP arrojó un bollito de papel y acertó en la cabeza del árbitro. Ahí pudo haber parado el partido, pero prefirió seguir y entonces hubo tiempo para una serie de peleas entre los jugadores, que no supo como cortar. Debió echar a Carlos Bueno, que le pegó una trompadita a Valdiviezo, quien a su vez se cayó al piso como si lo hubiese embocado Locomotora Castro de sus mejores tiempos. También debió amonestar a alguno de los que protagonizaron vergonzosas escenas de catch con caída libre antes de la ejecución de un par de tiros de esquina y debió cobrar algunas faltas cometidas por jugadores locales cuando presionaban para conseguir la victoria. Los hinchas boquenses se unieron para insultarlo ya antes del final, cuando el partido estaba 2 a 1. Nadie puede reprocharle que no compensó las demoras (ni las de Valdiviezo, ni las de Caranta cuando ganaba Boca) porque hubo ocho minutos de alargue. De las tarjetas que sacó no hay mucho que criticar. Algo hizo bien en una tarde negra.
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