El séptimo puesto no lo habilitaba para subir al podio. El título, sí. Guillermo Ortelli se envolvió en la bandera de Chevrolet y consumó un nuevo idilio con los hinchas de la marca, eclipsando, como sucede en todas las carreras en las que se define la posesión de la corona, al vencedor, en este caso el marplatense Lionel Ugalde. No logró hacerlo, en cambio, con el escolta de la carrera, el chaqueño Juan Manuel Silva, el piloto que más puntos sumó a lo largo de las 16 carreras del campeonato y que, pese a eso y a favor de la creación de la Copa de Oro, se quedó con las manos vacías. Silva abrazó a Ortelli y lo felicitó: “Sos un justo campeón”. Pero luego, cuando los micrófonos estaban más próximos, el discurso se alteró.

“Lo felicito a Guillermo por ser el ganador de la Copa de Oro –subrayó el piloto de Ford, poniendo el énfasis en la definición de cinco carreras–. Si no existía esa Copa, hubiésemos sacado más ventaja en el campeonato.”

“El sistema de play-offs me favoreció –reconoció Ortelli en respuesta–, pero debo destacar que el auto en estas cinco carreras anduvo bárbaro”, remarcó. “Lo lamento por el Pato Silva, pero en los play-offs anduve mejor yo”, indicó el piloto de Chevrolet que, cuando se anunció la creación de la Copa de Oro, a mediados de año, languidecía en la décima posición del campeonato.

“Fue un año muy duro al comienzo, pero al final terminé festejando. Ganar cinco campeonatos en el Turismo Carretera no es para cualquiera. Todos queremos correr acá, ganar y, si se puede, salir campeón”, reflexionó el ahora quíntuple campeón del Turismo Carretera.

Silva le retrucó: “No es lo mismo ganar cinco carreras que andar regular en las 16”, opinó. “No digo que sea más fácil, ni quiero desmerecer a Ortelli, que es un gran corredor, pero si no hubiera salido lo del sistema de play-offs, nosotros hubiéramos sido los campeones”, remató.

Bastante más locuaz que el poco expresivo Ortelli, despidiéndose del equipo que ayudara a crear hace cinco temporadas, Silva se despachó a gusto mientras el piloto de Salto corría a celebrar con los suyos. “Ortelli es un gran piloto, mejor persona y obviamente es digno –señaló–. Tuvimos un gran campeonato. Me voy muy feliz a mi casa porque dejé todo lo que debía en la pista. Tenía un gran auto, bien equilibrado. Yo sabía que el desenlace me iba a dar la oportunidad de ganar, de hecho Ugalde estaba a la expectativa de cederme el puesto si era necesario, pero Guillermo no paró; en definitiva, así son las carreras.”

El título de Ortelli significó el tercero en cuatro años del equipo JP Racing que ya había coronado a Silva en 2005, con Ford, y a Norberto Fontana en 2006, con Dodge. Todos los motores fueron preparados por Johnny Laborito en Dolores. “Se le dio al Guille, así que gané un título con Chevrolet, que no lo tenía. Esto significa que tenemos un título con cada marca y eso es muy bueno para todos los mecánicos que me acompañan.”