Matemáticamente, Vélez todavía tiene chances. Quedó a 5 puntos de Banfield y a 3 de Newell’s cuando quedan 6 puntos en juego. Muy difícil, pero no imposible. Se recuerda que Boca también estaba prácticamente consagrado en el torneo que perdió en un desempate con Estudiantes de La Plata. Hasta podría darse un triple empate en el primer puesto si Banfield empata con Tigre y pierde con Boca; Vélez se impone en las dos fechas que faltan (Chacarita y Central) y Newell’s gana uno de los encuentros que le quedan (Gimnasia y San Lorenzo) y pierde el otro. Que Banfield empate en su cancha con Tigre sería rarísimo, pero ¿no perdió con Racing acaso?

Vélez sueña con un imposible y mientras tanto resuelve lo posible, como era por ejemplo superar a este deshilachado y perdedor River. Ganó bien el equipo del Flaco Gareca porque estableció una clara superioridad individual y colectiva y superó a su rival en cualquier aspecto que se tome en cuenta. Manejó mejor la pelota, ganó todos los anticipos, fue más prolijo y su arquero tuvo diez veces menos participación que Vega.

Vélez metió el primer gol en el período inicial (buen derechazo de Moralez, reacción un poco tardía de Vega) y como no liquidó la cuestión en las varias llegadas que tuvo después, padeció el inesperado empate de River. Como quedaba poco tiempo fue a buscar con mucha decisión lo que se le estaba escapando de las manos y encontró dos veces más la red. La primera llegó con un centro de Cabrera, una falla de Sánchez, un tiro de López y un rechazo del arquero que rebotó en el cuerpo del delantero. La segunda fue menos sucia: centro de López y cabezazo fulminante del Roli Zárate.

Vélez, el equipo que más puntos ganó en el año (40 en el Clausura, puede llegar a 39 en el Apertura) sueña con un título legítimo y que no manche nadie, como lo hizo Brazenas en el anterior.