La dirigencia de Boca continúa evaluando quién será el entrenador del equipo una vez que termine el presente torneo Clausura, tras la renuncia de Abel Alves y el interinato de Roberto Pompei. El presidente del club, Jorge Amor Ameal, habló ayer al respecto y puso paños fríos a las expectativas del macrismo boquense que pujan por traer al Mellizo Guillermo Barros Schelotto, porque en tono con el ex presidente del club, Mauricio Macri, también resiste a Juan Román Riquelme, a quien si bien no lo declaró públicamente se sabe que no lo querría en su equipo.

“El viernes estuvimos hablando con Guillermo Barros Schelotto y nos dijo que su pasión era seguir jugando al fútbol. Lo entendemos, lo comprendemos”, contó ayer el presidente de Boca, en el entretiempo del partido ante Gimnasia. Luego insistió en que el Mellizo “nunca planteó la dicotomía Riquelme o Palermo”.

Ameal intentó bajar los decibeles de la polémica entre ambos ídolos del equipo y dejó en claro que lamentaba no haber podido disfrutar en la semana la victoria sobre Arsenal y el record de goles que convirtió a Palermo en el máximo goleador en la historia de Boca.

En cuanto al futuro entrenador, el dirigente admitió que la dirigencia esperará a “que termine el torneo”. Aunque ayer trascendió que el club habría iniciado conversaciones con un entrenador, que sería el DT de Racing, Miguel Angel Russo. Otra versión indica que fue el propio entrenador quien pidió a un periodista que tirase su nombre entre los candidatos, algo que no cayó bien en el mundillo académico.

Quienes ayer no dieron puntada sin hilo fueron los barrabravas de Boca, quienes colgaron banderas a favor de Palermo y en contra de Riquelme, a quien apretaron para que le pasara más la pelota al goleador. “Palermo, mi único héroe en este lío”, se podía leer en dos banderas colocadas en el codo en el cual se ubicó la Doce. A esto se sumó el grito de “Palermo querido, la Doce está contigo”.