Mariano Werner no ocultó su malestar por la maniobra que definió buena parte de la suerte de la carrera, ni tampoco su desazón por no haber podido lograr la victoria cuando parecía servida. “No quedé conforme con la maniobra de Altuna al principio, de ahora en más sé lo que tengo que hacer en una situación así”, reaccionó. “La gente se fue con un gusto amargo, lo mismo que yo. Se dio una carrera bastante dura. Me hubiera gustado ganar ante mi gente, ellos se lo merecen. Pero son carreras de autos y todo puede suceder.” El entrerriano es consciente de la oportunidad que dejó escapar en el autódromo que más conoce. “Quedan dos posibilidades para ganar y sabemos lo difícil que es vencer en el TC –repasó–. Creo que fallé en el momento en que tendría que haber apurado en la serie para largar la final por el lado de la cuerda.”

Matías Rossi también protagonizó una maniobra polémica contra el arrecifeño Agustín Canapino. “Cuidé el puesto a morir y está bien que él vaya a reclamar –aceptó el piloto de Del Viso–. Barrí la pista en una ocasión y estuve bien apercibido, pero no fue de mala fe.” “No me gustaron algunas actitudes de Rossi –reconoció Canapino–. En la primera en que me encerró, en la recta, me tiró contra el paredón y pude zafar de milagro, ahí lo apercibieron. Pero la segunda fue mucho más grave y no le dijeron nada –se lamentó–. Ya le había puesto la trompa y él me sacó.”

El tercer puesto le sirvió a Rossi para calificar a la prueba como “un carrerón, corrí a la expectativa, pensé que se producirían algunos roces y que podía sacar provecho”, dijo el piloto de Chevrolet, que había largado quinto. “El podio sirve, lo ideal hubiera sido ganar, pero seguiremos peleando hasta donde se pueda.”

El sexto lugar le permitió a Ponce de León recomponer una campaña deslucida en la Copa de Oro por culpa de los motores. “Pero es muy difícil que abandonen los autos que están peleando la punta del campeonato –reconoció el juninense, que parece ver escapar su sueño de consagrarse campeón de TC por primera vez–. Para mí era muy importante mantenerme en pista, ver si se podía avanzar en algún momento, y lo pudimos hacer una posición, porque Emanuel (Moriatis) venía un poco más complicado que yo. Tenemos que seguir trabajando y bastante. Sí, dicen que quedan dos cartas de triunfo, pero las que nosotros tenemos son dos cuatro.”