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Tras el partido de ayer, humillante derrota en su campo ante el débil Sevilla por 3-0, tanto el entrenador del Barcelona, el cuestionado holandés Louis van Gaal, como el presidente de la institución, Joan Gaspart, ratificaron ante la prensa que no renunciarán y que continuarán en sus respectivos cargos pese a ser duramente cuestionados. Van Gaal, muy afectado, aseguró que el presidente del club le había ratificado en el cargo, comentó que su dimisión “no sería la solución” para el Barcelona. “Dimitir no es la solución para este Barcelona. Además, lo más importante es la unidad entre los jugadores y el técnico y tengo la impresión de que ellos están conmigo”, comentó. El holandés, que se apersonó ante los periodistas muy alicaído, aseguró sentirse con “fuerzas” para reaccionar. “Antes del partido dije que los responsables de la situación éramos el técnico y los jugadores. Tenemos que trabajar para sacar de esta difícil situación al presidente y al club, especialmente al club, que está por encima de todo”, indicó. Van Gaal comentó que personalmente se encontraba “tocado” y calificó la situación como “muy mala”. Sin embargo, quiere mirar adelante y realizar un análisis más frío de lo ocurrido ayer en el Camp Nou, porque “ahora hay muchos factores que, además, nos influyen a todos”. “Deberíamos callarnos y trabajar para salir adelante antes que decirles nada a los seguidores”, comentó el holandés, quien midió mucho sus palabras ante los periodistas.
No quiso comentar si más que un problema deportivo era una cuestión institucional, ni tampoco si la solución pasa por hablar con Gaspart para darle un giro a todo. “Yo no le puedo decir al presidente lo que tiene que hacer, porque ésta es una situación nueva para él. Creo que puedo manejar esta situación mejor que él, pero cada palabra que digo sobre esto es difícil para mí. Yo hago mi trabajo y no quiero interferir en la opinión del presidente. Vamos a seguir adelante como siempre”, indicó.
Juan Román Riquelme y Roberto Bonano fueron algunos de los jugadores que dieron la cara tras la derrota y al hablar con el periodismo asumieron tanto su responsabilidad como la voluntad de salir adelante, sin excusas.