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Desde Santa Fe

El rigor del circuito callejero de Santa Fe se hizo sentir este fin de semana como en pocas oportunidades. Las piñas brutales de Agustín Canapino y Pechito López, el sábado, preludiaron un domingo con incidentes, como el que tuvo a Christian Ledesma como protagonista estelar y obligó a neutralizar la carrera. El marplatense, dueño del auto que mejor frenaba en la carrera, sufrió un roce y eso provocó que el capot de su Chevrolet se levantara en la recta más veloz del circuito, dejándolo sin visión a 225 km/h. “Sólo atiné a levantar el pie del acelerador”, explicó, todavía incrédulo. El campeón Norberto Fontana, que había largado detrás suyo, lo esquivó, pero Guillermo Ortelli (Renault) no lo logró, y le pegó de lleno al Chevrolet, mientras Facundo Ardusso (Peugeot) completó la carambola embistiendo con fiereza al Renault. El equipo Chevrolet se llevó sus dos autos rotos de Santa Fe: uno de ellos, el de Canapino, no sirve más. De los 33 autos, sólo 22 (exactamente las dos terceras partes) completaron la exigencia. Del resto, la mayoría no vio la bandera a cuadros a causa de toques e impactos.

La mañana había arrancado angustiosa con un tremendo vuelco en la monomarca Fiat Línea Competizione, cuando el auto de Daniel Di Falcis fue tocado frente a los boxes, se levantó, dio media vuelta en el aire y con su techo pegó en el borde superior del muro de cemento que delimitaba la pista, abollándose. El piloto bajó atontado y ensangrentado, pero sólo con una fisura en un meñique.

La carrera de Fórmula Renault, que ganó Rodrigo Rogani, tuvo un momento similar de suspenso cuando Gianfranco Collino, que escoltaba al líder, se quedó sin frenos en la misma recta, y siguió disparado por la calle de escape a 200 km/h para dar contra una barrera de neumáticos y la camioneta que había detrás... “Suerte que había banderas amarillas y frené antes, si no, me habría pegado un palazo tremendo”, contó el pibe, que no se hizo un rasguño, al borde de las lágrimas.