FúTBOL
› Por Mempo Giardinelli
Carta Abierta al Sr. Julio Grondona:
Sr. Julio Grondona: Escribo esto en la noche del domingo y mirando, azorado, las imágenes de la cancha de River después del partido ante Belgrano de Córdoba. La verdad es que en esta hora no importa el resultado futbolístico que tanto duele a miles de argentinos y argentinas. O sí importa, pero tanto como la alegría de muchos otros miles de compatriotas, la inmensa mayoría cordobeses. Esos son los avatares del deporte: unos ganan, otros pierden.
Escribo esto mirando el descontrol, los desmanes, el horror, el disparate en que está sumido el fútbol argentino por su exclusiva responsabilidad. La suya, Sr. Grondona, porque usted es el mandamás de este deporte desde hace más de 30 años, y esto no es la primera vez que sucede, pero sí es la más grave. Por lejos la peor. Sin dudas.
Y escribo esto cuando todavía la hinchada de Belgrano, miles de aficionados que vinieron desde Córdoba, no pueden salir del estadio Monumental y la televisión informa de batallas campales a veinte cuadras a la redonda. Mucho temo por ellos esta noche, cuando puedan evacuar el estadio para regresar a su provincia y sus hogares. Y mientras tanto, me lleno de preguntas tan amargas como ardientes.
Que le exijo responda, por favor, porque está a punto de jugarse la Copa América y en circunstancias en que parece que usted va a ser reelecto al frente de la AFA, lo cual para mí y para cualquier persona decente es algo completamente inexplicable.
¿Por qué se jugó este partido con público, señor Grondona? Si era obvio que esto iba a suceder, ¿por qué? ¿Qué negocio hubo esta vez? ¿Todo esto sucedió para vender 60.000 boletos?
¿Por qué no se aplicó el mismo criterio que con Vélez y San Lorenzo, que jugaron en la cancha de Boca, vacía?
¿Y con Huracán, que después del partido con Estudiantes debió jugar sin público?
¿Y hace poquito con Vélez, que fue campeón en una cancha vacía?
¿Se hará usted responsable de los 3000 policías en riesgo, con más de 15 heridos graves? ¿Y de casi un centenar de heridos en hospitales? ¿Y de los patrulleros quemados? ¿Y de las ambulancias? ¿Y del móvil de un canal de televisión, que fue devastado? ¿Y de los disparos al aire? ¿Y de los miles de vidrieras de comercios rotas? ¿Y de las decenas de comercios destrozados y saqueados, los supermercados, los kioscos, los bancos, los automóviles?
¿Y las instalaciones del Club Atlético River Plate, que son patrimonio de miles de socios que pagan sus cuotas, y hasta tienen allí una escuela, también arrasada?
Yo le pregunto, y lo acuso, Sr. Grondona: ¿quién pagará todo eso? ¿Usted?
¿O dirá que no sabía que esto iba a pasar? Porque todo el país sí lo sabía, señor, y los que amamos el fútbol no teníamos ninguna duda de que si había público en este partido, ganara o perdiera River, los riesgos de violencia eran gigantescos.
¿Qué les dirá ahora usted a los miles de vecinos de la cancha de River, que se supone es la más segura de las canchas de nuestro fútbol?
Y me pregunto: ¿Qué otra intención hubo detrás de esto? ¿Acaso castigar al Sr. Passarella, que en un año y medio hundió a una institución centenaria pero que esta noche no ha salido a dar la cara ni por la tele, igual que usted?
¿Acaso castigar al Sr. Aguilar, que durante ocho años de desgobierno fue hundiendo este club y ahora quién sabe dónde anda?
¿O acaso a los jugadores, que al menos lloraron de vergüenza deportiva y fueron los verdaderos héroes de la derrota porque, hay que decirlo, perdieron pero dejando todo en la cancha? Los que amamos el fútbol valoramos estas actitudes, cualquiera sea la camiseta que vistan. No como usted –y yo lo acuso, Señor– que es obvio que sólo ama el poder, la figuración y los viajes en primera clase. De lo cual tengo el derecho a suponer que al mismo tiempo le importa un carajo el fútbol.
¿O acaso quiso favorecer a quienes tienen la exclusividad de transmitir el Nacional B y que no es Fútbol para Todos?
¿Cómo es que no se siente usted responsable de la muerte de más de 200 aficionados, seres humanos víctimas de la violencia futbolera argentina en los últimos años?
Señor Grondona: ¿quién lo asesora, a quién escucha usted para tomar estas decisiones horrorosas? ¿O lo decide todo usted, como dicen, de manera autoritaria como parece haber aprendido desde que empezó a presidir la AFA en plena dictadura?
Desde luego, también le preguntaría muchas de estas mismas cosas a la gran mayoría de los dirigentes del fútbol argentino, que tan empeñosamente vienen arruinando historias y prestigio. A ellos, por cierto, les preguntaría qué ideas tienen, cómo piensan que se puede recuperar el fútbol argentino... Pero primero responda usted, señor: ¿Qué va a hacer ahora? ¿Qué explicación será capaz de sacarse de la manga?
Y la última pregunta, urgente y fundamental: ¿por qué no renuncia?
Por favor, por una vez en su vida haga algo digno y en bien del fútbol argentino, señor Grondona: renuncie ahora mismo y de manera indeclinable.
Atentamente.
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