“¡Nadie levanta con las banderas azules!”, gritaba desencajado Guillermo Ortelli, protagonista involuntario del múltiple accidente, en dirección a Leonel Larrauri, el rezagado que viajaba delante de Giallombardo y Falaschi. El mismo Ortelli se encargó de pedirle al propio vencedor más compostura en el podio, junto con Silva. La angustia y la bronca del momento dramático pronto se transformaron en dolor.

“Qué día triste, sólo decir que descanses en paz, eras muy joven y talentoso, ¿por qué tiene que ser así esto?”, se preguntaba Christian Ledesma en Twitter. “Que difícil momento. QEPD Guido! Un abrazo grande a la familia. El automovilismo de luto una vez más”, escribía Matías Rossi.

José María López, con quien Falaschi había tenido un incidente en pista hace una semana en TC 2000 en Potrero de los Funes, no podía ocultar su dolor. “Esto supera rivalidades y todo. Es lo peor que me ha tocado vivir en el automovilismo.”

Uno de los grandes rivales de Falaschi en el automovilismo, el campeón de TC Agustín Canapino, afirmó: “No puedo creer lo que pasó. Sabemos que es un deporte de mucho riesgo y ocurrió una fatalidad. Todas mis fuerzas para dos grandes personas como los padres de Guido, a los que conozco desde hace mucho”. Canapino estaba en Arrecifes: no corrió después de haber sufrido un tremendo accidente el viernes, destruyendo su auto, pero saliendo ileso. “Más allá de mis rivalidades y asperezas con Guido, hemos sido amigos, era un gran chico.”

Quien reaccionó con dureza fue Gabriel Furlan, ex director de equipo de Falaschi en Fórmula Renault y enfrentado desde hace años con la cúpula directiva del Turismo Carretera. “Se fue mi alumno, mi piloto, mi amigo. ¡Cuánto dolor!”, se lamentó el ex campeón. “No fue un accidente sino una cadena de errores y negligencias evitables; ninguno (de los errores) de los pilotos, salvo Girolami, que siguió a fondo”, opinó.

“El auto de Falaschi rebota porque las gomas están mal puestas y sueltas. Se desparraman y caen en la pista, provocando más accidentes –analizó Furlan–. Si los que vienen atrás, que no ven nada, levantan, como Pernía, no chocan a los accidentados, o lo hacen a menor velocidad”, afirmó Furlan, que no dudó en señalar a “un solo responsable con nombre y apellido: (el presidente de la ACTC) Oscar Aventín”.