Lunes, 12 de diciembre de 2011 | Hoy
FúTBOL › INVICTO, SIN EXPULSADOS, CON SóLO SEIS GOLES EN CONTRA
El Boca de Falcioni consiguió un lugarcito en el cuadro de honor de los equipos que se consagraron campeones sin haber sufrido derrotas. Entre sus antecesores, un Boca de Bianchi.
Por Facundo Martínez
Boca concluyó ayer un torneo fuera de serie, que lo tuvo como candidato prácticamente desde el arranque y que se adjudicó con una llamativa anticipación, incluso más allá de las chances matemáticas. Para mejor, el equipo de Julio César Falcioni se convirtió ayer en el sexto campeón invicto de la historia, y se quedó con una diferencia de gol asombrosa: marcó 25 goles y sólo recibió seis, lo que le permitió al arquero Orion batir una marca de eficacia que parecía inmejorable. Y, además, con los minutos que jugó ayer Battaglia, el volante alcanzó su título número 17 con la camiseta de Boca y es el máximo ganador en la historia del club.
La victoria por 1-0 frente a All Boys situó a este Boca en el firmamento de los campeones invictos, como lo fueron San Lorenzo en 1968 y 1972, Ferro en 1982, River en 1994 y el Boca de Bianchi en 1998. El de Falcioni cerró el torneo con 12 victorias y 7 empates, que se suman a los últimos 10 partidos del pasado Torneo Clausura, ya que la última vez que perdió fue por la novena fecha frente a Lanús por 2-0 como visitante.
La marca de Orion es también importante, porque la defensa de Boca fue la mejor del Apertura, con apenas 6 goles en contra, uno menos que Racing, que hoy concluirá su participación frente a Vélez. El record de eficacia en tornos cortos sitúa a Orion en el mismo plano que el colombiano Carlos Navarro (6, en el Clausura ’91) y un gol menos que el paraguayo José Luis Chilavert. Otro dato remarcable: no tuvo expulsados.
Antes del inicio del partido frente a los de Floresta, los jugadores de Boca junto al cuerpo técnico y algunos familiares caminaron una vuelta olímpica, saludando a los hinchas y recibiendo una gran ovación. Entre los futbolistas estaba Battaglia, cuya intención era jugar ayer unos minutos para poder levantar su título número 17. Pero más allá del record de conquistas, es el jugador más ganador en la historia del club, el premio mayor que se llevó el volante fue el aplauso y el reconocimiento de los hinchas cuando el DT lo mandó a la cacha a disputar los últimos 17 minutos del partido. Pasaron tres sin que tocara la pelota, cuando lo hizo sacó el cambio de frente del que luego salió el centro de Erviti que Cvitanich conectó de cabeza para el gol de la victoria. Regreso con gloria.
Otro que dijo presente ayer fue Palermo, el goleador histórico del club, que recién ayer se animó a usufructar el palco que los boquenses le regalaron en la Bombonera, que no pisaba desde el día de su retiro, el 18 de junio de este año. Los hinchas le pidieron más goles: “No dejen de aplaudir, los goles de Palermo que ya van a venir”, y el ex delantero levantó los brazos en señal de reconocimiento para condimentar una tarde en la que, salvo buen fútbol, no faltó nada.
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