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A “Monsieur Dakar”, Stephane Peterhansel, diez veces ganador del rally, lo salvó la pericia de su navegante Jean Paul Cottret. Había largado octavo y pudo ver cómo muchos de sus rivales se perdían en el terrible kilómetro 74 del especial de la jornada, donde había dos confusos valles entre dunas. En cambio, el español Carlos Sainz, que había partido en punta tras imponerse en la primera etapa, se vio perjudicado por el mal funcionamiento del GPS de su buggy, que le marcó muy tarde el paso por un par de puntos de control. Entre una suerte y otra hubo 18 minutos de diferencia: Peterhansel (foto) está primero, y Sainz, undécimo...

“A veces éramos capaces de hacer todo el Dakar sin perdernos; ahora es el primer día y ya damos vueltas”, afirmó el francés. “Tenemos que mirar bien el GPS, porque es posible que nos esté fallando”, se lamentó Sainz. Su compañero de equipo, el príncipe qatarí Nasser al Attiyah, también sufrió problemas con el equipamiento, que es suministrado por la organización del Dakar. Los buggies que tripulan, además, sufrieron problemas de temperatura.

El sudafricano Giniel De Villiers (Toyota Hilux), vencedor del Dakar 2009, terminó segundo; tercero lo hizo el francés Ronan Chabot (Buggy), quien dio la gran sorpresa; y en el cuarto y séptimo lugar arribaron los mendocinos Orly Terranova (BMW-XRaid) y Lucio Alvarez (Toyota Hilux).

Terranova, quien el sábado no había tenido un buen día luego de su 17º puesto, se desquitó y salió a “buscar el ritmo”. “Empezamos de menor a mayor a lo que se dice manejar, porque es en etapas como éstas en las que podés trazar una linda estrategia”, afirmó el piloto del XRaid. Alvarez, en cambio, llegó a Pisco con la rueda trasera derecha en llanta: era la segunda cubierta que pinchaba en el día.

El Dakar Perú-Argentina-Chile encarará hoy su tercera etapa en el desierto y se trasladará de Pisco a Nazca, en un recorrido total de 343 kilómetros, de los cuales 243 serán de especial.