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El futuro de Boca, después de la derrota frente al heroico Paysandú, se abre en diferentes direcciones. A saber:
1) El camino optimista, que consiste en confiar que les puede ganar a los brasileños de visitantes.
2) El camino resignado, que se basa en rogar que Corinthians elimine a River, con lo cual quedarían en igualdad de condiciones, los dos fuera de carrera.
3) El camino consolador, que sería el de apuntar todos los cañones al campeonato local, aprovechando que otros sigan entretenidos en la Copa Libertadores de América.
Nueve de cada diez hinchas de Boca toman el camino que los sueños prometieron a sus ansias y suponen que no todo está perdido. Para creer que pueden superar a Paysandú en el Mangueirao le ponen todas las fichas a la dupla ofensiva Guillermo Barros Schelotto-Delgado, que será tripleta con Ezequiel González (si se recupera a tiempo) o Tevez. Boca puede hacer valer el oficio de sus jugadores para presionar, llegar al gol y después meter la espalda contra el arco de Abbondanzieri, aguantar, especular con un contraataque afortunado para marcar el segundo gol o resistir hasta los penales. Otros equipos de Bianchi ya sacaron buenos resultados en calidad de visitantes en situaciones casi tan comprometidas como ésta.
Si a Boca le va mal en la revancha, como intuyen que va a ocurrir nueve de cada diez neutrales, esperará una buena mano del Corinthians para mitigar el profundo dolor de la derrota. Porque está claro que a los boquenses les interesa mucho más la Libertadores que el campeonato local. De hecho, Bianchi siempre resguardó a los titulares para los encuentros de la Copa.
Para sus aspiraciones en el campeonato local, lo mejor que le puede pasar a Boca es que River siga en la Copa y se distraiga, pero para el fútbol vernáculo lo mejor será que lleguen en condiciones similares, los dos en carrera en la Copa o los dos borrados.
Las matemáticas colocan hoy a River por encima de Boca y cualquier opinión especializada también. El equipo que dirige el chileno Manuel Pellegrini está en pleno ascenso, agrandado, ganador, seguro de sus posibilidades. Después de superar varias turbulencias en el inicio del año, el entrenador sacó de circulación a Comizzo y a Celso Ayala y, afirmado en el fondo, mejoró su rendimiento general y encadenó ocho victorias. Que está en condiciones de salir exitoso en ambos frentes es algo que no duda ningún riverplatense de ley.
El principal candidato en el campeonato local es hoy River pero, como en los pronósticos de las elecciones nacionales, ya se sabe que las tendencias muchas veces se revierten.