Los Mini se han acostumbrado a dejar huella en el Dakar, sobre todo tras las últimas dos victorias consecutivas de Stéphane Peterhansel. En la edición de 2014, la demostración de fuerza impresiona ya desde la entrada misma del equipo X-Raid a la verificación. Con 12 coches, 11 de ellos Mini (el restante es el BMW del mendocino Adrián Yacopini), el convoy que avanzaba cortó la respiración a cualquiera. Ayer metieron seis de sus autos en los primeros diez lugares. La escudería ha movilizado, para esta campaña, cerca de 150 personas. “El mayor equipo de la historia del Dakar”, opinó Stéphane Peterhansel, impresionado él también por el dispositivo desplegado. Para el defensor del título, los rivales surgen cada vez con más fuerza en su propio clan. “El que más miedo me da es Nani Roma”, comenta Peterhansel, mientras que Nasser al Attiyah (foto), de vuelta en el equipo de Sven Quandt, pone todas las cartas sobre la mesa al hablar de sus opciones estratégicas: “Mi intención es ganar el Dakar”. Ninguno de ellos estuvo ayer adelante, ni Peterhansel (6º), ni Nasser (3º), ni Roma (4º). Los aventajó a todos Orlando “Orly” Terranova, que consiguió el segundo lugar.