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Lunes, 15 de septiembre de 2014

FúTBOL › FUE MáS INTELIGENTE QUE SU RIVAL, PERO NO CONCRETó SU OPORTUNIDAD

En el agua y el barro, Racing dejó otra impresión

 Por Adrián De Benedictis

Las condiciones desfavorables eran para los dos equipos por igual, pero en ese panorama Racing fue el que se adaptó mejor e intentó ser más prolijo en medio del agua y del barro. El conjunto de Avellaneda fue más inteligente para que el desarrollo se trasladara al campo de Boca, y así la pelota permanecía lejos del arco de Saja. Como por la banda derecha del equipo visitante la lluvia no había dañado tanto el césped, hacía circular la pelota más por ese lado, con las combinaciones entre Pillud y Gastón Díaz.

El primer tiempo exhibió dos jugadas de riesgo, una para cada equipo. La de Racing fue al principio, cuando Bou conectó de cabeza un envío de Grimi, después de que cruzaran la pelota hacia la izquierda, y ésta terminó estrellándose en el travesaño ante el asombro de todo el estadio. La de Boca fue a los 25 minutos, y Calleri no falló para marcar el único gol. La acción comenzó con un pelotazo largo en la búsqueda del ex All Boys, el defensor Cabral le había ganado la posición, pero el agua detuvo la pelota y no la pudo dominar, Calleri la punteó para atrás, la tocaron entre Meli y Chávez, y finalmente el delantero habilitó a su compañero con un toque corto, para que luego defina con un remate cruzado, de derecha, y la pelota que ingresó pegada al palo más lejano de Saja.

A los jugadores de Boca le costaba entender que el traslado por abajo no sólo era imposible, sino que también era peligroso. Como la pelota se detenía, el rival podía sacar ventaja de ello. Los gritos de Arruabarrena desde afuera eran para los defensores principalmente, quienes en muchas oportunidades insistían en no levantar la pelota y corrían riesgos ante los jugadores rivales.

Racing tuvo su mejor opción para conseguir el empate, cuando todavía no se había jugado un minuto del segundo tiempo, pero el toque de Castillón ante la salida de Orion no fue muy potente, y entre el agua y Echeverría lograron que la pelota no cruzara la línea del arco.

El mismo defensor de Boca, en una jugada detenida, exigió a Saja con un cabezazo, en la opción más clara del local para aumentar la ventaja. Dos minutos más tarde de esa jugada, Beligoy paró lo que ya se había desnaturalizado mucho tiempo antes.

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El saludo entre Rodolfo Arruabarrena y Diego Cocca.
Imagen: Julio Mancini
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