El Dakar se lo devora todo. No respeta antecedentes, pergaminos ni sacrificios. Después de haber ganado la edición 2014 con uno de los autos más robustos del camino, un Mini All4 como los que coparon ocho de las diez primeras posiciones el año pasado, el catalán Nani Roma vio cómo todos sus sueños fundados en repetir el triunfo quedaban destrozados en apenas diez kilómetros de competencia, una carrera que tendrá 9 mil kilómetros de esfuerzo consistente.

“El coche iba perfecto, hasta que en el kilómetro 3 de la especial se nos encendió la alarma de la presión de aceite y nos hemos tenido que parar poco después”, contó más tarde el catalán. El Mini se plantó apenas ingresado al especial de la etapa, cerca de Baradero: aunque Roma y su navegante Michel Perin cambiaron varios sensores, el motor turbodiesel no superaba las 2000 rpm. “No tenía sentido forzarlo más y fundir el motor”, dijo a Radio Rivadavia. “Estoy muy desanimado. Hemos estando reparando todo lo que hemos sabido y más; hemos cambiado unos sensores, todo; y nada, todo ha sido inútil.”

Roma había iniciado el especial a las 10.30, pero a los pocos minutos supo que todos los sueños alimentados durante 2014 por defender con éxito su victoria quedaban destruidos. Recién cuatro horas más tarde, cerca de las 14.30, el camión Nº 550 logró sacarlo de allí, enganchándolo con una linga, para llevarlo a la rastra todo el camino hasta Villa Carlos Paz, punto final de la etapa. Completó la especial en 8h38m57s, a casi siete horas y media de Orly Terranova: cruzó la meta recién a las 18.10. Quedó en el puesto 135º, el último de la clasificación de coches, y recibió una penalización de una hora, según informaron los organizadores.

“Uno tiene asumido que este deporte es así y que cualquier día puedes sufrir un revés, pero no esperaba que fuera tan pronto. Quedarse en la primera prueba especial de un Dakar es un palo muy duro”, expresó. “Lo importante ahora es seguir y trabajar para el equipo. Otra motivación, ahora, será apoyar a Rosa (Romero Font, su mujer, que corre en motos y ayer se clasificó en el 118º puesto), darle ánimo y ayudarla en lo que pueda. Desde mañana (por hoy) me planteo esta prueba como preparación para el Dakar 2016. Quiero seguir disfrutando de esta carrera hasta el final”, aseguró.

Su compatriota Carlos Sainz, el mejor piloto del equipo Peugeot en la primera etapa (quedó octavo, a 1m44s de Terranova), expresó su pesar por el retraso: “No es normal tener un problema mecánico al inicio sin ningún motivo, porque el camino era excelente”. Y agregó: “Preparar la carrera todo un año y que de buenas a primeras pierdas todas las opciones es una lágrima”, completó el madrileño.

“Es realmente una lástima y me siento muy desilusionado por su suerte –dijo por su parte Nasser al Attiyah, antes de enterarse de que había perdido la punta del Dakar–. Fue un imponderable técnico imposible de prever.” Terranova, quien desde el arranque hizo público su deseo de hacer una carrera tal que lo pusiera a salvo de las órdenes de equipo, vio la veta en este infortunio. “Lo bueno es que vamos a poder seguir trabajando en equipo, y podrá ir abriendo camino y seguir en esta gran experiencia que es el Dakar.”