Lun 30.06.2003
libero

FúTBOL

Repensarse el fútbol

Mientras en el principio de la semana previa a la antepenúltima fecha del Apertura 2003, el técnico del poder hegemónico y la posición dominante, a la sazón, colocado transitoriamente a cargo del plantel de Independiente, Oscar Ruggeri, lanzaba al ruedo de las polémicas que no polemizan uno más de sus mensajes equívocos, en cuanto a que él jamás respaldaría que jugadores a su cargo aceptaran un soborno para “ir para atrás”, pero que si de incentivación se tratara, eso era “cuestión de cada uno”, la perversa metodología de los descensos, promociones, liguillas, promedios y demás también entregaba sus sospechas con el empate sin goles de Banfield y Rosario Central del sábado, prácticamente sin llegadas y con complicidades que debieran ser desmenuzadas, pero que seguramente nadie desmenuzará.
Pero la equivocidad dialéctica de Ruggeri no prosperará –por ahora por lo menos–, porque Boca, con todo puesto en la definición con Santos, parecía haber descartado la posibilidad de pelear por el título antes de la fecha finalizada, a cuatro puntos y con seis a jugar.
Sin embargo, lo que se dio en llamar, quizá demasiado ligeramente “equipo de emergencia” o “muletto” –hasta donde puede ser tal, un segundo cuadro de Boca, en tiempos de muy poderosos y muy débiles– le ganó cómodamente a Independiente, mientras Vélez sufría contra Estudiantes y River, con los dos resultados puestos, visitaba a Olimpo.
No tan “muletto” entonces este equipo de Boca, por lo menos para los parámetros de este fútbol nuestro de cada fin de semana, y no tan descartada la posibilidad de pelear el torneo local, aun con la Copa Libertadores como prioridad. Es que la posibilidad que se consideraba descartada hasta antes de la fecha, hizo que se descartara el descarte, promediando el domingo. En especial después del 3-1 contra Independiente y enseguida (pese a estar en condiciones matemáticas de aspirar al título los tres, los partidos de River, Vélez y Boca se jugaron en horarios diferentes, intereses de la corporación AFA-Torneos mediante) con el 0-1 de Vélez frente a Estudiantes.
Mirado, leído y analizado así, casi todo parece irregular. Sin embargo, una vez más, el juego, no sus periferias, sigue siendo oxigenantemente impredecible. Aunque se juegue bien, regular o mal.
Repensarse estructuralmente otro país es prioritario. Repensarse estructuralmente otro fútbol, también. Una vez más lo de Diego: “La pelota no se mancha”.

Nota madre

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