FúTBOL › MORRESI Y HURACAN
Corazón quemero
Por G.V.
Claudio Morresi condujo las divisiones inferiores de Huracán durante ocho temporadas, ganó campeonatos, salió subcampeón en otros y, lo que es más importante, promovió a varios futbolistas que luego fueron transferidos a cambio de jugosos dividendos que nunca fueron capitalizados por el club. La lista es larga: Antonio Barijho, Mauricio Pineda, Sixto Peralta, Daniel Montenegro, Gastón Casas, Luis González y el pibe Emiliano Villa, entre otros. Al club le ingresaron más de 20 millones de dólares por esas ventas, según el ex jugador del Globo, River y Vélez.
–¿Cuál es tu proyecto futbolístico inmediato? ¿Volver a dirigir juveniles o tomar un plantel de Primera?
–Mi ciclo en las inferiores está terminado. Quiero probar mi capacidad con un equipo de Primera. Fijate qué ironía: siendo un jugador que se destacó en Huracán, no pude dirigirlo como técnico designado sino como interino. Siempre que se iba uno, mientras buscaban a otro, me daban el equipo por uno, dos o tres partidos. Me decían: “Tomá el plantel por diez, quince o veinte días”. Eso te condiciona mucho.
–¿Cómo te fuiste del club?
–A mí me deben plata de la primera convocatoria de 1998. Y me adeudan dinero de dos años de trabajo. Me pagaban de a puchos y eso generó que la deuda fuera cada vez mayor. Hay hasta premios de la época en que era ayudante de campo de Babington. Reclamé y no me recibían. Tuve que recurrir a la vía judicial. Cuando la Justicia laboral convocaba a los dirigentes a conciliación obligatoria, como ocho veces, no se presentaban. Te llevan a la disyuntiva de pedir la inhibición o la quiebra. Yo no llegué a tanto, porque no da con mi perfil, pero también debo defender mi dignidad como trabajador.
–¿Por qué considerás que el club se derrumbó tanto en el plano económico, social y deportivo?
–Huracán ha sido una sucesión de ineptitudes y de corrupciones en el lapso de los últimos tres años. Sin dudas hubo actos de corrupción atribuibles a los dirigentes.