FúTBOL › UN DESTINO QUE SE REITERA
México, la nueva meca
Por A.G.
Mientras el fútbol argentino vive la sangría por la partida de sus jóvenes talentos, su par mexicano vive uno de sus mejores momentos con la llegada de figuras desde diferentes partes del mundo, incluso desde Europa. Si bien hace años que el fútbol mexicano viene demostrando su poderío económico, el crecimiento evidenciado en el nivel de juego lo convirtió en una plaza cada vez más apetecida. Así, los casos de jugadores que aterrizan en México desde el fútbol europeo se convirtieron en moneda corriente. Hasta el holandés Leo Beenhakker, ex entrenador del Real Madrid, fue seducido por el poderío del América, sustentado por el apoyo de Televisa, para dirigir al conjunto más popular del país.
Con contratos de hasta tres veces más que los que se pagan en la Argentina, la posibilidad de retener jugadores frente a la ambición azteca se torna cada día más difícil. Por ejemplo, en este receso Cruz Azul posó sus miradas en estas tierras y se llevó a tres de los mejores protagonistas del torneo local. De esta manera, Marcelo Delgado, goleador de la Copa Libertadores; César Delgado, la aparición más explosiva de la temporada; y Daniel Díaz, uno de los más firmes defensores del momento, pasaron al equipo azul gracias a los dólares que aporta la cementera que auspicia al club. También tienen futuro mexicano Walter Jiménez e Iván Moreno y Fabianesi, dos que eran pretendidos por clubes grandes de aquí.
Hasta hace unos años, el paso por el fútbol argentino para jugadores sudamericanos era casi indispensable para saltar hacia a Europa. Ahora, ni siquiera eso alcanza. Una muestra clara es el destino de Mauricio Molina, un enganche que se destacó en la Copa Libertadores con la camiseta de Independiente Medellín. Por más que Boca lo tentó para venir, con la vidriera que significa el campeonato argentino y con el plus de poder disputar la Copa Intercontinental, el colombiano prefirió incorporarse al Morelia. Un caso inverso es el de Walter Erviti, cómodamente instalado en el Monterrey desde hace dos temporadas. Ante el intento de Boca por repatriarlo, el marplatense optó por quedarse en el conjunto que dirige Daniel Passarella.