ENTREVISTA
Indiscreciones
El señor Borges es una larga conversación entre Alejandro Vaccaro y quien fuerala sirvienta de Borges durante 35 años, Fanny Uveda de Robledo. En esta entrevista al biógrafo de Borges, Vaccaro suministra algunos detalles del gran escritor argentino y debate sobre quiénes son los dueños de su memoria.
Por Martín De Ambrosio
Fanny, la mujer que trabajó en la casa de los Borges durante 35 años, sabe –porque se lo han dicho muchas veces– que ha sido la mucama de un gran escritor, pero nunca lo leyó y los recuerdos que de él tiene pertenecen estrictamente a pequeñeces de la vida cotidiana. Alejandro Vaccaro, biógrafo de Borges y dueño de toda una colección de objetos borgeanos, se dio cuenta de que, a falta de mejores ideas, se podía hacer un libro con los recuerdos de Fanny. El resultado de los recuerdos que Epifanía Uveda de Robledo aceptó recuperar en diálogo con Vaccaro es El señor Borges, un libro para aquellos a los que les interesa más el Borges-personaje que el Borges-escritor.
Vaccaro habló de ese Borges cotidiano con Radarlibros, pero antes manifestó su indignación porque iban a distinguir a Fanny en el Congreso el pasado martes 18 y debido a presiones de María Kodama el acto se suspendió. “Scioli le iba a dar una distinción, un diploma, una acreditación por la cual el Estado reconoce en ella a la mujer que asistió a nuestro primer escritor. No es una distinción monetaria ni nada que se le parezca, pero se presentó María Kodama en compañía de sus letrados para detener todo y lo logró. Con pésimo criterio el Senado decidió levantar el acto en forma definitiva. Es el peso de los millones de Kodama: todo el mundo sabe que ella firmó contratos millonarios en dólares por los libros de Borges: un millón de dólares con Alianza, un millón de dólares con Emecé, eso sólo en lengua española; es una mujer que tiene un piso en Buenos Aires, uno en París, uno en Ginebra, puede pagar buenos abogados. Fanny no. Fanny vive sola, tiene 82 años, gana 180 pesos de una jubilación y no tiene peso ni poder. Borges, eso está claro, le dejó los derechos a Kodama, pero eso no significa que sea dueña de la memoria de Borges. Kodama querella a cuanta persona opina de Borges. Yo mismo tengo una querella por una declaración que hice para una biografía que hizo Juan Gasparini. Y así con muchos: Roberto Alifano, María Esther Vázquez, todos los que opinamos en discrepancia con lo que a ella le conviene somos sujetos de querella. Por suerte, Kodama acaba de perder un juicio que le hizo a Fanny. Hubo un fallo muy duro de la Cámara Federal que le dice que termine con el estilo de querellar a cuanta persona opine de Borges”. A continuación, algunas revelaciones sorprendentes.
Efecto Bates
“Era algo que le había pedido su madre y él accedía. Leonor Acevedo le había pedido que todas las noches rezara un Padrenuestro y él lo hacía. Incluso cuando llegaba a la casa, después de la muerte de su madre, él iba hasta la puerta de la habitación y le contaba ‘mamá, hoy hice tal cosa, comí con Adolfito’ y así. Eran ritos que él tenía”.
Edipo
“Excluida cualquier connotación incestuosa, yo sostengo que él tenía un matrimonio con la madre. Vivían bajo la misma economía, en la misma casa toda la vida, se ayudaban mutuamente, la madre le compraba la ropa y le hacía la comida, le ordenaba sus cosas. También era su secretaria porque le leía, Borges le dictaba y ella tomaba notas, le ayudaba en sus definiciones literarias, traducían y viajaban juntos... Lo mismo que un matrimonio, salvo, repito, cualquier connotación sexual. En fin, era lo que los psicólogos llaman una relación edípica”.
Vistiendo a Borges
“Era un hombre con una entrega total a la literatura, por lo cual la vida cotidiana era una cosa difícil para él; era propenso a las torpezas. Y esto se ve en lo que me dice Fanny: para ella era como si tuviera que tratar con un bebé, cambiarlo, prepararle el baño, hacerle el nudo de la corbata”.
Nobel
“Borges obtuvo casi todos los premios de la literatura, salvo el Nobel. Le dieron el Cervantes, doctorados Honoris Causa de las principalesuniversidades del mundo (Oxford, Harvard, Cambridge), fue condecorado en muchos países. Pero que no le hayan dado el Nobel lo afectaba. El decía que no, pero Fanny cuenta que todos los años cuando llegaba la noticia, con los periodistas en la puerta, Borges se ponía mal. Y decía: ‘si me lo dan sería inmerecido, pero yo quiero que me lo den’”.
Caramelos
“Cada noche Borges extendía sus manos para que Fanny le diera dos caramelos; eso forma parte de una humanización del personaje; Borges era una persona tierna y Fanny lo quería mucho”.