Domingo, 16 de octubre de 2005 | Hoy
HISTORIAS TOBAS
Una forma de reconstruir la memoria sin forzarla.
Por Carla del Cueto
Nosotros vamos a estar acá para siempre
Historias Tobas
Gastón Gordillo
Biblos
222 páginas
Una mirada desprevenida puede llevarnos a creer que se trata de un libro de leyendas tobas. Sin embargo, lo que Gastón Gordillo ofrece en Nosotros vamos a estar acá para siempre es la reconstrucción de la historia de los tobas a partir de las narraciones de los mismos habitantes de la zona oeste de Formosa, autodenominados qom. Más que historia en un sentido estricto, la perspectiva que guía el libro es la de la noción de “memoria”, entendida como “históricamente real y culturalmente construida”. La memoria, así, es el modo en que los grupos construyen su identidad. El caso de los qom presenta varias particularidades en relación con otros grupos tobas: diferencias idiomáticas, las tierras que ocupaban no pasaron a manos privadas, sino que pasaron a ser tierras fiscales, la evangelización llevada adelante por misioneros anglicanos y, finalmente, la obtención del título de propiedad de una parte importante de sus tierras.
Los relatos están organizados en siete bloques temporales que cuentan con una introducción del autor, lo cual permite articularlas y contextualizarlas históricamente. En el primer momento, “mítico”, se describen los orígenes de los qom, de cuando “no había mujeres”, luego, la “época de los antiguos”, que cubre históricamente hasta principios del siglo XX, en donde se describen prácticas y costumbres recordadas en contraste con las actuales. En ese tiempo, la principal fuente de recursos de los qom era la marisca, que alude a la pesca, la caza, la recolección de frutos silvestres y miel. En tercer lugar, los primeros contactos con los criollos y el enfrentamiento con el ejército. La instalación de la Misión El Toba, a cargo de misioneros anglicanos, y el cambio en las costumbres y prácticas de los qom es el cuarto momento. El quinto núcleo refiere al trabajo en el ingenio San Martín del Tabacal y a las protestas para mejorar las condiciones laborales. En sexto lugar, se agrupan los relatos vinculados a la pesca y la vida junto al río Pilcomayo antes de las crecientes de 1975 que llevaron a su desaparición. Finalmente, las transformaciones como resultado de la formación de bañados en la zona y los reclamos en torno de la propiedad de la tierra.
El libro contiene además fotos (de archivo y otras tomadas por Gordillo), un glosario y al final de algunos capítulos se adjuntan fuentes documentales, de los primeros exploradores blancos, de los misioneros que permiten contar con la impresión –extraña– que tenían de los qom.
“Como dice el anciano, la nuestra es la vida del pobre, nacidos sin nada hasta el fin del mundo [...] La persona pobre sale a mariscar todo el año porque no tiene nada, porque no usamos la plata todos los días. Hay que salir al momento, porque la vida del pobre es así, como dice el anciano. Esa es nuestra seguridad [...] Así que con eso vamos a vivir. Y vamos a mariscar hasta el fin del año, hasta el fin del mundo.”
Gordillo se abstiene de realizar interpretaciones y análisis de lo que se cuenta. En su lugar nos acerca el relato por parte de los qom, que imprime una cadencia y un ritmo que tiene el encanto que produce “escuchar” las voces de los propios protagonistas. Así, este libro nos muestra, una vez más, que la historia cambia, aun cuando el pueblo qom esté para siempre.
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