El hecho conmocionó a la opinión pública del Brasil durante los primeros años de la década del noventa: Antenor Lott Marçal, un profesor universitario de 45 años, es condenado a treinta años de reclusión por estupro y coautoría del asesinato de una joven discapacitada. Interesado por el caso, el periodista Alfredo Novalis le propone al detenido realizarle una entrevista que se llevará a cabo en una de las salas de administración de la Penitenciaría Lenos de Brito, en Río de Janeiro. El encuentro entre estos dos hombres es lo que da origen a una de las tres historias que conforman El monstruo, del escritor brasileño Sérgio Sant’Anna, donde por medio de un gran dominio narrativo logra trascender el género del reportaje hasta alcanzar un diálogo de características socráticas en torno de los valores universales del ser humano. “Se precisa mucha cautela para llegar a alguna verdad cuando se trata de actos humanos. No creo en causas aisladas o muy precisas. Pero yo, más que todos, estoy interesado, respecto de este caso, en llegar a una verdad por lo menos relativa. Esa es una de las razones por las que acordé ser entrevistado”, afirma el detenido, profesor de Filosofía, terriblemente lúcido a la hora de reflexionar sobre las causas y efectos que pueden llegar a motivar un acto tan determinante como aparentemente injustificable. Y de fondo, como una sombra o una remembranza, los paradigmas culturales, aquellos mismos que les permitían a los griegos durante las celebraciones dionisíacas consumir hongos silvestres para terminar en todo tipo de excesos, ya fuera el desenfreno sexual, las alucinaciones o el asesinato, absolutamente exentos de la culpa y la necesidad del perdón. De esta manera, oscilando entre los valores que impone el judeocristianismo hasta soslayar la célebre frase de Nietzsche “Dios ha muerto”, Sérgio Sant’Anna utiliza los elementos de un policial para construir un personaje complejo que se observa sin tapujos en el propio espejo de sus actos. “Es difícil creer en la bondad o aun en la existencia de Dios, viviendo en el mundo en que vivimos y, muchas veces, tratamos en vano de comprender los designios de un principio supremo.”

El monstruo. Sérgio Sant’Anna Beatriz Viterbo 180 páginas

“El monstruo” es uno de los tres relatos que integran el libro; su continuidad temática se puede apreciar en el tratamiento recurrente de la mujer como portadora de una sabiduría que le está vedada al hombre y a la que solamente ella accede mediante el acto revelador de la sexualidad o por medio de una sensibilidad superior en relación con la naturaleza o los objetos que la rodean. Bajo esta impronta se configura el clima de Una carta, el relato que abre el libro y que a modo de género epistolar narra la historia de un encuentro amoroso entre una mujer y un funcionario de la Secretaría de Cultura luego de que la contingencia asume todas las características de lo predestinado, como sucede con los amantes. Así, un encuentro azaroso con motivo de una conferencia se convierte en el menos casual de los encuentros al momento de revelar lo íntimo, las verdaderas intenciones que esconde el acto de seducción. En el tercer y último relato titulado Las cartas nunca mienten, Sérgio Sant’Anna despliega toda su admirable técnica narrativa para hacer coincidir distintas perspectivas de una realidad construida íntegramente a partir de las palabras, cuando el reconocido músico Antonio Flores se encuentra en la habitación de un hotel en Chicago con una joven admiradora de dieciséis años que tiene tantos secretos como posibilidades de revelarle un mundo aparentemente irreconciliable.

Nacido en Río de Janeiro en 1941, autor de la novela Un crimen delicado (Beatriz Viterbo Editora, 2007) entre otros libros de cuentos y poesía, Sérgio Sant’Anna ha sido galardonado en cuatro ocasiones con el Premio Jabuti y está considerado como uno de los autores más importantes de la actual narrativa brasileña.