COPYRIGHT Y GLOBALIZACIóN EN LA éPOCA DE LAS REDES DE COMPUTADORAS.
Inconsciente colectivo
En la conferencia que Radarlibros reprodujo en sus dos ediciones anteriores, Richard Stallman trazó una historia del copyright para demostrar cómo las grandes corporaciones abusan de los derechos de reproducción y propuso una modificación en las leyes de copyright que devolviera al público parte de los derechos que se le niegan. En esta edición, el debate posterior a la conferencia.
Por Richard Stallman
El comercio mundial no cumple ningún papel en el mejoramiento de las condiciones de vida en las Filipinas o en China. En esas zonas industriales, todo el mundo trabaja en fábricas de explotación. La globalización es una manera muy ineficiente de elevar el nivel de vida de los pueblos de ultramar. A un norteamericano se le paga veinte dólares la hora para hacer algo. Gracias al “libre comercio”, se le da ese trabajo a un mexicano a quien se le paga, quizás, seis dólares por día. Lo que ocurre es que se le quita una cantidad de dinero de un trabajador norteamericano para darle una fracción minúscula a un trabajador mexicano y el resto es “devuelto” a la compañía. Si la meta era elevar el nivel de vida de los trabajadores mexicanos, ésta es una pésima manera de hacerlo.
Es interesante ver cómo la misma idea general se da en la industria del copyright. En nombre de los trabajadores intelectuales, quienes ciertamente merecen algo, se proponen medidas que les dan una diminuta porción de lo que merecen y que, en realidad, principalmente aumentan el poder de las corporaciones para controlar nuestras vidas.
Creo que ya dije buena parte de lo que quería. Dediqué diecisiete años de mi vida a trabajar en software libre y cuestiones aledañas. No lo hice porque pensara que fuera la cuestión política más importante del mundo. Lo hice porque era el área en donde vi que tendría que usar mis destrezas para tratar de hacer mucho bien. Pero lo que ocurrió es que las cuestiones políticas en general evolucionaron y la cuestión política más importante del mundo, hoy, es resistir la tendencia a dar poder a las corporaciones sobre el público y los gobiernos. Veo al software libre y los problemas aledaños como parte de esa cuestión de primer orden. Así que me encontré indirectamente trabajando en esa cuestión. Espero contribuir en algo al esfuerzo.
debate
David THORNBURN: Vamos a escuchar preguntas y comentarios de la audiencia. Pero antes permítanme ofrecer una breve respuesta. Me parece que el consejo más fuerte e importante que Stallman nos ofrece tiene dos elementos clave. Uno es el reconocimiento de que las viejas suposiciones y los viejos usos del copyright son hoy inapropiados; están siendo socavados por el advenimiento de las redes de computadoras. Eso puede ser obvio, pero es esencial. El segundo es el reconocimiento de que la era digital nos pide reconsiderar cómo distinguimos y sopesamos las formas de trabajo intelectual y creativo. Stallman, indudablemente, está en lo cierto al afirmar que ciertos tipos de emprendimiento intelectual necesitan más protección mediante leyes de copyright que otros. Tratar de identificar sistemáticamente estos diferentes tipos o niveles de protección por copyright me parece una valiosa manera de ocuparse de los problemas relativos al trabajo intelectual surgidos con el advenimiento de las computadoras.
Pero pienso que detecto otro tema subyacente en lo que Stallman ha estado diciendo y que no es en realidad directamente sobre computadoras, sino más ampliamente sobre problemas de autoridad democrática y sobre el poder que los gobiernos y las corporaciones crecientemente ejercen sobre nuestras vidas. Este lado populista y anticorporativo del discurso de Stallman es enriquecedor pero también reductivo, potencialmente simplista. Y es también quizás demasiado idealista. Por ejemplo, ¿cómo podría un novelista o un poeta o un autor de canciones o un músico o el autor de un libro de texto sobrevivir en este mundo feliz en que la gente es alentada pero no obligada a pagar a los autores? En otras palabras, me parece que la brecha entre la práctica existente y las posibilidades visionarias sobre las que especula Stallman es todavía enorme.
Quisiera pedirle a Stallman que expandiera un poco ciertos aspectos de su charla y, específicamente, si es que tiene más ideas sobre la manera enque aquellos que llamaremos “creadores tradicionales” pueden ser protegidos por el sistema de copyright.
STALLMAN: Antes que nada, tengo que señalar que no debemos usar el término “protección” para describir lo que hace el copyright. El copyright restringe a la gente. El término “protección” es un término de propaganda que utilizan las empresas propietarias de copyright. El término “protección” significa impedir que algo sea, de alguna manera, destruido. No creo que una canción se destruya porque haya más copias de ella circulando. Ni creo que una novela se destruya si más gente lee copias de ella. Así que no usaré esa palabra. Pienso que conduce a la gente a identificarse con el bando equivocado.
También es una muy mala idea pensar en términos de propiedad intelectual, por dos razones: primero, prejuzga en lo que se refiere a la pregunta más importante, que es: ¿deberían estas cosas ser tratadas como un tipo de propiedad? Usar el término “propiedad intelectual” para describir el problema es presuponer que la respuesta es “sí”, que ésa es la manera de tratar las cosas y no de alguna otra manera.
Segundo, promueve la sobregeneralización. La propiedad intelectual es un término genérico para varios sistemas legales con orígenes independientes como copyrights, patentes, marcas registradas, secretos comerciales y algunas otras cosas. Son fenómenos completamente diferentes y no tienen nada en común.
Cuando la gente oye el término “propiedad intelectual”, se la induce a creer que hay un principio general de propiedad intelectual que se aplica a áreas específicas. Esto conduce no sólo a pensamientos confusos acerca de qué es correcto hacer; conduce a la gente a no poder entender qué es lo que de hecho dice la ley, porque suponen que la ley de copyright, la ley de patentes y la ley de marcas registradas son similares, cuando, de hecho, son totalmente diferentes.
Así que si se quiere promover el pensamiento cuidadoso y el claro entendimiento de qué es lo que la ley dice, hay que evitar el uso del término “propiedad intelectual”. Hay que hablar de copyrights, o hablar de patentes, o hablar de marcas registradas o cualquiera que sea el asunto del que se quiera hablar. Pero no hablemos de propiedad intelectual.
Yo no tengo una opinión acerca de la propiedad intelectual. Tengo opiniones acerca de copyrights, patentes y marcas registradas, y son diferentes, porque esos sistemas legales son totalmente diferentes.
Bueno, esta digresión que hice es terriblemente importante. Ahora permítanme llegar al punto. Por supuesto, no podemos ver ahora qué tan bien podría funcionar, o si es que podría funcionar, pedirle a la gente que pague dinero voluntariamente a los autores y músicos que aman. Una cosa obvia es que lo bien que funcione un sistema semejante es proporcional al número de personas que participan de la red, y ese número, lo sabemos, se incrementará enormemente dentro de unos años. Si lo intentásemos hoy, podría fallar. Pero eso no probaría nada porque con diez veces más gente participando podría funcionar.
La otra cosa es: no tenemos ese sistema de desembolso de dinero digital del que hablé. Podría intentarse algo un poco parecido. Hay servicios que uno puede contratar y pagarle dinero a alguien. Cosas como Pay Pal. Pero antes de poder pagarle a nadie mediante Pay Pal, uno tiene que soportar un complejo tramiterío y dar información personal sobre uno. Esas compañías coleccionan registros sobre a quiénes uno le paga. ¿Puede uno confiar en que no harán mal uso de ello?
PREGUNTA: [Un comentario y una pregunta acerca de la libre descarga y acerca del intento de Stephen King de comercializar una de sus novelas secuencialmente a través de la web]
STALLMAN: : Sí, es interesante saber qué hizo Stephen King y qué ocurrió. Cuando al principio leí sobre eso, pensé que tal vez él estuviera dando un paso hacia un mundo que no intentara mantener al público apresado por una cadena de hierro. Entonces vi lo que de hecho había escrito para pedir a la gente que pagara. Estaba publicando una novela por entregas, y dijo: “Si obtengo suficiente dinero, entregaré más”. Pero el pedido que escribió difícilmente era un pedido. Era una afrenta al lector. Decía: “Si ustedes no pagan, ustedes son malvados. Y si hay demasiados de ustedes que son malvados, entonces yo simplemente dejaré de escribir esto”. Bien, claramente, ésa no es la manera de hacer que el público sienta ganas de enviarte dinero. Tienes que hacer que te amen, no que te teman.
PREGUNTA: ¿El esquema en donde no hay copyright pero a la gente se le pide que haga donaciones voluntarias no está abierto al abuso mediante el plagio?
STALLMAN: No. Eso no es lo que propuse. Estoy proponiendo que debería haber copyright cubriendo la distribución comercial y permitiendo sólo redistribución textual no comercial. Así que cualquiera que la modifique agregándole un link a su sitio web, en lugar del link al sitio web del verdadero autor, estaría infringiendo el copyright y podría ser demandado exactamente como puede ser demandado hoy. Estoy proponiendo reducir los poderes del copyright, no abolirlos.
THORNBURN: Una pregunta que se me ocurrió mientras hablabas, Richard, y, otra vez, cuando respondías a esta pregunta es: ¿por qué no consideras las maneras en que la computadora, por sí misma, elimina completamente a los intermediarios, para establecer una relación personalmente el autor y su público?
STALLMAN: Bien, de hecho, esta donación voluntaria es una...
THORNBURN: ¿Piensas que ello no involucrará al editor en ninguna manera?
STALLMAN: Espero que no lo haga. Porque los editores explotan a los autores terriblemente. Cuando les preguntas a los editores sobre esto, dicen: “Bien, si un autor o una banda no desea editar con nosotros, que no lo hagan, nadie los obliga”. Pero, de hecho, ellos hacen todo lo que pueden para impedir que eso resulte factible. Por ejemplo, están proponiendo formatos de copiado restringido, de modo que para publicar en esos formatos, uno tendría que pasar por los grandes editores. Su esperanza es un mundo en donde los reproductores reproduzcan sólo esos formatos. Para obtener cualquier cosa para reproducir en esos reproductores habrá que pasar por los editores. Así que, de hecho, aunque no haya una ley que prohíba al autor o al músico publicar en forma independiente, no será factible. Además, los editores tienden a ser muy malos a la hora de respetar sus contratos con los autores. Por ejemplo, los contratos de libros habitualmente han dicho que si un libro se agota, los derechos vuelven al autor, y los editores generalmente no han sido muy buenos en convivir con esa cláusula. A menudo ha tenido que ser forzada. Bien, lo que están empezando a hacer ahora es usar la publicación electrónica como una excusa para decir que el libro nunca se agotará, así que nunca tendrán que devolver los derechos. Su idea es hacer firmar al autor cuando éste está más necesitado y, a partir de entonces, quitarle todo el poder sobre su propia obra.
PREGUNTA: Los defensores del pueblo, que dicen que Napster debería continuar y que no debería tener restricciones, a veces dicen algo comoesto: “Cuando las personas van a la biblioteca pública y piden prestado un libro, no están pagando por él, y pueden pedirlo prestado docenas de veces, cientos de veces, sin cargo adicional. ¿Por qué Napster sería algo diferente?”
STALLMAN: Bueno, no es exactamente lo mismo. Pero debería señalarse que los editores quieren transformar también a las bibliotecas públicas en tiendas en las que se paga por usar los libros. Así que, en los hechos, están en contra de las bibliotecas públicas.
PREGUNTA: ¿Pueden estas ideas sobre el copyright sugerir algunas ideas para ciertas cuestiones sobre la Ley de Patentes, tales como hacer drogas genéricas baratas para usar en Africa?
STALLMAN: No, no hay absolutamente ninguna similaridad. Las cuestiones de patentes son totalmente distintas de las cuestiones de copyright. La idea de que tienen algo que ver es una de las consecuencias desafortunadas de usar el término “propiedad intelectual” y alentar a la gente a asociar estas cuestiones, porque, como han oído, estuve hablando de cuestiones en las que el precio de una copia no es lo crucial. Pero, ¿cuál es el asunto crucial en hacer drogas contra el sida para Africa? Es el precio, nada más que el precio.
Ahora bien, el tema del que estuve hablando surge porque la tecnología digital de información da a cada usuario la facultad de crear copias. Bien, no hay nada que nos dé la facultad de crear copias de medicamentos. Estos medicamentos sólo pueden hacerse en costosas fábricas centralizadas. El problema será cuánto cuestan y si están disponibles a un precio que la gente en Africa pueda pagar.
Sólo hay un área donde surge una cuestión con las patentes que es similar a estas cuestiones de libertad de copiado, y es en la agricultura. Porque hay ciertas cosas patentadas que pueden ser copiadas, más o menos: las cosas vivientes. Se copian a ellas mismas al reproducirse. No es necesariamente un copiado exacto; remezclan los genes. Pero el hecho es que los granjeros han estado haciendo uso durante milenios de esta capacidad de las cosas vivientes de hacer copias de sí mismas. La agricultura es, básicamente, copiar las cosas que criaste y seguir copiándolas cada año.
Cuando se patentan variedades de plantas y animales, cuando los genes son patentados, el resultado es que a los granjeros se les prohíbe hacer copias. Hay un granjero en Canadá en cuyo campo crecía una variedad de grano patentada por una corporación. Él argumentó: “El polen voló y esos genes se introdujeron entre mis plantas”. Pero tuvo que destruirlas de todos modos. Éste es un ejemplo extremo de cuánto puede el gobierno alinearse con un monopolio.
PREGUNTA: Yo conozco la historia de la educación. De hecho, eso es lo que hago: proyectos educativos con medios electrónicos. No podría encontrar un ejemplo del tipo de trabajo que usted promueve en el área educativa. No hay ninguna infraestructura en ningún lugar para poder contribuir con material. Puedo obtener información de muchos lugares, pero no está disponible bajo licencias libres, así que no puedo usarla para hacer un libro de texto libre.
STALLMAN: El copyright no cubre los hechos. Sólo cubre el modo en que está escrito. Así que puedes escribir un libro de texto, y puedes hacer ese libro de texto libre, si quieres.
PREGUNTA: Pero yo no puedo escribir por mí mismo todos los libros de texto que un estudiante necesita para la escuela.
STALLMAN: Bien, es verdad. Y yo no necesité escribir todo un sistema operativo libre tampoco. Escribí algunas partes e invité a otras personas a unírseme escribiendo otras partes. Así que dije: “Yo voy en esta dirección. Unete a mí y llegaremos allí”. Y se unió la suficiente cantidad de gente, y allí llegamos. Entonces, si piensas en términos de cómo voy a hacer ese trabajo gigantesco, puede ser desalentador. Pero no lo mires de esa manera. Piensa en términos de dar un paso y comprender que, luego de que diste un paso, otra gente dará más pasos y, juntos, el trabajo eventualmente se hará. Asumiendo que la humanidad no se elimine a sí misma, el trabajo que hacemos hoy al producir la infraestructura educativa libre, las fuentes del libre aprendizaje para el mundo, será útil por tanto tiempo como la humanidad exista. Puede tomar veinte años lograr que se haga, ¿y qué? No pienses en términos del trabajo completo. Piensa en términos de la parte que vas a hacer. Eso le mostrará a la gente que puede hacerse, y entonces otros harán su parte. r
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Trad. Christian Rovner