En el quiosco
Punto de vista, 72 (Buenos Aires: abril 2002), $ 8
Por Daniel Link
Esperábamos la nueva edición de Punto de vista como el adicto que espera la aparición de su proveedor habitual con sus promesas si no de felicidad al menos de tranquilidad. Tantas cosas han pasado en la Argentina y tan poco sabemos sobre cómo procesarlas que necesitamos las palabras que nos ayuden a poner en la módica caja del lenguaje aquello que, de otro modo, no alcanzaría sino el umbral de la sensación.
Pero Punto de vista, que sabe que así se la espera, elige el silencio o el merodeo cauteloso o la alusión indirecta. Dice (parece, puede estar diciendo): la misma perplejidad del lector es la que la revista siente. Por eso, tal vez, esta edición no tiene editorial (es cierto que Punto de vista publicó pocos editoriales, pero los pocos que publicó salieron en momentos dramáticos para la Argentina). Inclusive, en un gesto que demora el encuentro con esa perplejidad compartida, Punto de vista comienza examinando la obra de algunos “Faros del siglo XX” (Bourdieu, Barthes, Daney, Sebald). Cada uno de esos faros es un maître-à-penser, como escribe Carlos Altamirano sobre Pierre Bourdieu, y precisamente el discurso (tajante, definitivo, caprichoso, profético) del maître-à-penser es lo que Punto de vista se resiste a entregar a sus lectores.
Hay que pensarlo todo de nuevo, podría leerse como encabezado de cada una de las veintidós páginas que ocupan los artículos dedicados a “Pensar la crisis”, firmados por Hugo Vezzetti, Ricardo Sidicaro e Hilda Sábato, encabezados por un artículo de Sergio Chejfec (la mejor lectura de César Aira de los últimos tiempos) que termina diciendo que “los modos de hablar y hacer silencio al mismo tiempo” encubren “una nueva forma de nombrar lo evidente, lo que merece ser dicho en el tono menor de los murmullos antes de replegar la palabra tras el esfuerzo inútil”.
Hablar y hacer silencio al mismo tiempo: Beatriz Sarlo escribe “De nuevo y quizás por última vez, sobre Sebald”, un texto que funciona a la vez como epitafio, lectura crítica de Austerlitz y, cómo podía ser de otra manera, comentario indirecto sobre el compromiso que empeña al hombre a la palabra y la verdad (dice Sarlo citando a Agamben). Ese compromiso es la infancia como hecho previo al lenguaje (y, por lo tanto, previo a la experiencia y a la historia).
El esplendor de este último número de Punto de vista es, como dice Beatriz Sarlo de la última novela de Sebald, “un destello de la Melancolía, crítico, reconcentrado y pensativo”. Por eso la revista examina la sociología, el cine (Serge Daney), la mirada (Barthes), la novela (Sebald), la poesía (Monstruos), la representación (Aira) y la democracia (en ese orden): objetos todos ellos, probablemente, del pasado. Como la Madre Hogardt en el poema de Osvaldo Lamborghini, Punto de vista (ahora y siempre) canta: “Recuérdame siempre/ Yo soy tu proveedora de droga”. Distribuida por Siglo XXI, se la consigue en una amplia red de quioscos y librerías de todo el país.